Portugal y Andalucía (y VII): De Mérida a Galicia por Portugal

jueves, 21 de enero de 2010

Castillo de Alburquerque (Badajoz, Extremadura)
Castillo de Alburquerque

Castelo de Marvão (Portalegre, Portugal)
Castelo de Marvão

Castelo de Marvão (Alentejo, Portugal)
Castelo de Marvão

Marvão - Castelo de Vide (Portalegre, Portugal)
Carretera Marvão-Castelo de Vide

Castelo de Vide (Alentejo, Portugal)
Castelo de Vide

Centum Cellas (Belmonte, Portugal)
Centum Cellas
Con esta etapa termina nuestra larguísima ruta por el occidente de la Península Ibérica que nos ha llevado a recorrer buena parte de Portugal, Andalucía Occidental y un poquito de Extremadura.

Para finalizar vamos a cerrar el círculo volviendo a Galicia por el Portugal interior, mucho menos conocido en España, si cabe, que la costa lusa.

La primera parte de la etapa va a ser un pequeño recorrido por algunos castillos de frontera, y podemos empezar por visitar la capital de la provincia, a unos 50 kms por la A-5, que vendría siendo una de las autovías más importantes de España ya que une directamente Madrid con Lisboa (en territorio luso su nombre es A-6), y por tanto canaliza buena parte del tráfico de mercancías entre ambos países y desde Portugal hacia el resto de Europa.

Dentro de Badajoz hay un puñado de cosas para ver, como la alcazaba, la puerta de Palmas o los jardines de la Galera. De Badajoz cabe decir que fue fundada por los árabes, al parecer sobre un asentamiento visigodo en decadencia, por un tal Ibn Marwan, ("el hijo del gallego"), que sería un renegado.

Por toda esta tierra hay muchos castillos, como el de Alburquerque, aún en la provincia de Badajoz y en la carretera que une a la capital provincial con Valencia de Alcántara. Este fue otro de esos castillos de frontera que sirvieron para proteger a Castilla de los reinos musulmanes primero, y después para proteger a Castilla de Portugal. Actualmente se está construyendo un parador de turismo en él que no parece contar con el favor de los vecinos.

Siguiendo hacia tierras de Alcántara, por un paisaje llano pero que se va ondulando progresivamente hasta encontrar algunas crestas graníticas y apareciendo cada vez más pino. Y si vemos hacia el oeste vemos que es un poco más escarpado y un poco más verde: se trata de la Serra de São Mamede, ya en Portugal. Estamos así de cerca de la frontera.

Lo poco que vi de San Vicente y Valencia de Alcántara no era demasiado seductor (apenas una iglesia) y ni me detuve, así que proseguí viaje hasta Marvão, ya en territorio portugués.

Antes hablaba del fundador de Badajoz, Ibn Marwan. El parecido entre su nombre y Marvão no es casual, ya que también fue el fundador de este lugar. Marvão es un castillo construido en un pico desde el que se domina toda la comarca circundante, la vecina Castelo de Vide, la Serra de São Mamede y las tierras al otro lado de la frontera española. Dentro del castillo, además de las torres, es interesante visitar la cisterna que nos da una idea de cómoalmacenaban el agua en esa época (y lo potable que podía ser...)

Debo decir que las vistas desde el castillo son impresionantes, y que el pueblo que le rodea es precioso y tiene varios miradores y merece la pena invertir algo de tiempo en callejear por él.

Y ya que vemos Castelo de Vide, pues allá nos dirigimos, a visitar sus murallas y sus jardines, que le han valido el sobrenombre de "Sintra del Alentejo".

En Castelo Branco no he parado, aunque queda al lado de la autopista, y de Covilhã tampoco puedo decir nada, aunque desde el coche se veía bastante prometedora. Pero el tiempo, amigos, es el que es y yo no lo tenía para visitar Covilhã, que está construida en la ladera de una montaña, al pie de la Serra da Estrela.

Un poco más adelante está nuestra penúltima parada, Centum Cellas, en Colmeal da Torre (Belmonte). Queda bastante cerca de la autovía, así que no hay que hacer demasiados números para dar con el sitio.

Centum Cellas es una construcción que, hasta donde sé, procede de tiempos romanos. Fue una villa con una arquitectura bastante peculiar, que al ser despojada de sus elementos de madera y ser en parte canibalizada ha adquirido un aspecto único que ha dado lugar a numerosas leyendas.

Por cierto, que si hay tiempo y apetece, en Belmonte hay un castillo que tiene buena pinta, pero que no conozco. Se ve desde Centum Cellas, así que tampoco debe ser muy difícil llegar hasta él.

Otra posible parada puede ser Guarda, con su imponente Sé (Catedral) y su gárgola vuelta hacia España, mostrándole el culo en señal de desprecio y desafío. Como se puede suponer, Guarda tuvo protagonismo en algunos episodios en las guerras que enfrentaban a Castilla y Portugal.

Por último Viseu puede ser otra parada interesante (aunque tampoco pude visitarla por falta de tiempo). Tiene muralla romana, otra posterior medieval, iglesias, capillas, basílicas y unos cuantos paços. Por desgracia, tampoco tuve tiempo de parar aquí, pero espero corregirlo en el futuro.

Y de aquí, a España. Hay una bifurcación de autovías, las dos libres de peaje: podemos ir hacia el norte y pasar por Chaves, cuyo castillo y murallas, además de sus otros muchos monumentos, pueden ser un buen final de viaje antes de volver a territorio español cerca de Verín (Ourense)... o bien ir a Aveiro y regresar por Porto hacia la frontera en Tui. Esta segunda opción nos obliga a pasar por Porto y a volver a enfrentarnos a su alocado tráfico, lo cual es una cuestión a tener muy en cuenta.

Y con esto finalizamos la ruta. Espero que os haya gustado y que os sirva de alguna utilidad en vuestros viajes por alguno de los lugares que hemos visitado.

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Portugal y Andalucía (VI): De Ronda a Mérida

martes, 19 de enero de 2010

 
Penúltima etapa de este viaje que nos lleva por tierras lusas y andaluzas (sí, y también extremeñas, pero el título se hacía largo).

Vamos a dejar la bella Ronda para dirigirnos al norte. Tras subir la serranía en la etapa anterior podría pensarse que nos va a tocar otra carretera llena de curvas y en bajada... pero nada más lejos de la realidad. Nos espera una especie de medio llanura, medio sierra de paisajes realmente bonitos y curiosos.

En Galicia la montaña está cultivada como prado en su mayoría y en un escaso porcentaje de su superficie, pero por estas tierras entre Ronda y Antequera nos encontramos con un casi 100% de toda la superficie útil cultivada.

 

En medio de todo esto nos encontramos con la comarca de Guadalteba con la torre de Teba, fácilmente visible, como privilegiada atalaya de todo el valle y últimos restos del Castillo de la Estrella. Descubrí este castillo por pura casualidad, ya que la carretera que iba a Antequera estaba cortada y te mandaban por un desvío que pasaba por Campillos. Así que ya puestos, paramos en Teba.

Castillo de gran historia, el Castillo de la Estrella fue uno de los bastiones defensivos que los musulmanes edificaron para proteger sus últimos dominios peninsulares, y que cayó bajo el poder de Alfonso XI en el siglo XIV.

 

En la toma del castillo un caballero escocés, sir James Douglas perdió la vida... por tonto. La cosa es que sir James fue el encargado por el rey Robert I Bruce (el de Braveheart, para entendernos) para llevar su corazón embalsamado a tierras donde los cristianos aún luchasen con los sarracenos. Al llegar a Sevilla, sir James no tuvo mejor idea que embarcarse en la cruzada contra Teba, donde murió en una emboscada. Total, que al final el caballero y el corazón volvieron a Escocia.

De Teba partimos para Antequera, donde destacan su Alcazaba, las termas romanas y también el Arco de los Gigantes, donde el cabildo mandó poner las lápidas y otros restos romanos encontrados en los alrededores. En Antequera también está el Torcal de Antequera (que no conozco) y que es uno de los paisajes más singulares de España.



Nuestra siguiente parada bien podría ser Lucena, en cuyo castillo fue encerrado Boabdil, el último rey del Reino Musulmán de Granada, unos años antes de la caída del reino nazarí. Yo no me detuve aquí, así que ni idea de si merece la pena.

De camino a Córdoba podemos parar también en Montilla, capital de una de las grandes regiones vitivinícolas de Andalucía y con un buen patrimonio histórico, pero al igual que Lucena, tuve tiempo de verlo.

Córdoba, patrimonio de la humanidad, que en la antigüedad tuvo momentos de gran esplendor, como durante la dominación romana, cuando fue la capital de la provincia romana de la Bética y dio al Imperio algunos de sus grandes nombres, como Séneca.

O más adelante, cuando fue una ciudad importante dentro de la provincia bizantina de Spania.

Pero sobre todo, cuando fue la capital del Califato de Córdoba, su momento de mayor esplendor y en el que se convirtió en la ciudad más poblada del mundo.

Y todo eso se refleja en sus calles, con un riquísimo patrimonio monumental, donde destacan el puente sobre el Guadalquivir que lleva a la Mezquita-Catedral, una de las maravillas arquitectónicas del mundo y que al parecer tiene su origen en un templo cristiano visigodo. La entrada es cara, pero creedme que merece mucho la pena.

Como merece la pena callejear por la ciudad y ver los restos de sus murallas, los restos de las termas o los restos romanos que permanecen hasta nuestros días. Si duda una ciudad para conocer.


De aquí partimos para Mérida, siguiendo en buena parte del recorrido la N-432 (hasta Zafra), pasando por dehesas, llanuras e incluso una comarca vitivinícola. A mí me gustó especialmente el primer tramo, a la salida de Córdoba.

Zafra es otra parada interesante por su patrimonio, donde destaca el Palacio de los Duques de Feria. Una confusión muy común es creer que el Castillo de Zafra se encuentra en esta localidad, pero "esa" Zafra está en Campillo de Dueñas, provincia de Guadalajara, muy cerca de Molina de Aragón.

Actualización: En el momento de escribir este artículo, allá por 2010, era un consejo más curioso que otra cosa, pero a raíz del éxito de Juego de Tronos, más de uno y más de dos han acabado en esta parte de la provincia de Badajoz buscando la "Torre de la Alegría", donde sucedía una de las escenas clave de la serie.


Mérida, fin de nuestro itinerario de hoy es una de las ciudades más interesantes de España debido a su historia, cuyo origen está en la fundación de la ciudad por parte de Octavio Augusto, al licenciar a dos legiones que habían luchado en las guerras cántabras, sobre un poblado prerromano a cuyos habitantes se concedió la ciudadanía.

 

Mérida, hoy capital de Extremadura, inició entonces un despegue que la llevó a ser capital de la provincia romana de Lusitania y a alcanzar un gran esplendor que aún hoy puede ser fácilmente admirado: circo, coliseo, teatro, termas, puentes, acueductos... todo ello permanece en pie y el respeto que actualmente se tiene a los restos arqueológicos es ejemplar.

Como curiosidad decir que durante un breve período de tiempo, Mérida fue la capital de España, ya que el reino visigodo la tuvo como tal en el siglo XVI.

El mapa
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Portugal y Andalucía (V): De Cádiz a Ronda

sábado, 9 de enero de 2010

Faro de Trafalgar (Barbate, Cádiz)
Faro de Trafalgar


Acantilado de la Breña (Barbate, Cádiz)
Acantilado de la Breña


Playa de Barbate (Cádiz, España)
Playa de Barbate


Playa de Zahara de los Atunes (Barbate, Cádiz)
Playa de Zahara de los Atunes


Duna de Bolonia (Tarifa, Cádiz)
Duna de Bolonia (Tarifa, Cádiz)


Kitesurf (Tarifa, Cádiz)
Kitesurf (Tarifa, Cádiz)


El fin de Europa (Tarifa, Cádiz)
Isla de las Palomas, Tarifa


El Rif (Marruecos)
El Rif (Marruecos)


El Estrecho de Gibraltar (Tarifa, España)
Estrecho de Gibraltar


El Peñón de Gibraltar (La Línea, España)
El Peñón de Gibraltar


Mezquita del Rey Fahd bin Abdulaziz al-Saud (Gibraltar)
El Peñón de Gibraltar


El Tajo de Ronda (Málaga, España)
Tajo de Ronda


Mirador de Ronda (Málaga)
Mirador de Ronda


Ronda, Málaga
Puente Nuevo, Ronda
La etapa de hoy es bastante curiosa, ya que vamos a recorrer la parte más meridional de la península y a ver territorio perteneciente a tres países y dos continentes distintos. Veremos playa y montaña, un mar, un océano... y hasta una isla. Y barrancos, menudos barrancos.

Tras haber visitado Cádiz, seguiremos la costa hacia Barbate. Hay muchos pueblos con gran fama de tener hermosas playas, pero muchos de ellos son terribles decepciones, como Conil y su Cala del Aceite.

Pero las decepciones terminan aquí y comienza un tramo de costa de los que se te quedan en la memoria, empezando por el histórico Cabo de Trafalgar y su playa. Como dijimos en la ruta anterior, es común ver pinares litorales en Andalucía que se han utilizado para fijar las dunas y que no invadan los campos de cultivo. A partir de aquí veremos varios.

Para que veáis la utilidad de estos pinares, hay una carretera por esta zona que a veces está cortada porque queda sepultada por las dunas. Actualmente no se puede detener su avance porque la ley no lo permite, así que esa duna no va a ser fijada y eso nos permite ver el increíble poder que son capaces de frenar estas plantaciones.

La famosa playa de Los Caños de Meca, un poco antes de Barbate, es nuestra siguiente parada. Debe su nombre a los chorros de agua que se filtran desde el acantilado cuando llueve, que son una especie de tuberías que se han ido formando con las escorrentías a lo largo de eones.

Y si queréis subir al acantilado, el Acantilado de la Breña puede ser visitado porque el pinar está surcado por innumerables senderos y hasta hay una pista forestal bastante ancha que sale desde antes de Barbate. En mi caso aparqué en una pequeña entrada de la carretera que va de los Caños a Barbate y desde ahí veinte minutos de pateo hasta la torre de vigía que está en el punto de mayor altitud, a unos 100 metros sobre el nivel del mar.

También merecen la pena las playas de Barbate y de Zahara de los Atunes, amplias, luminosas y en un entorno absolutamente precioso.

Zahara merece una pequeña mención, porque se ha dedicado a la pesca de los atunes desde que hay registros. Y los primeros registros en esta zona hacen mención a los fenicios. Eso son muchos atunes pescados

Un poco más adelante está una auténtica maravilla de la naturaleza como la Playa de Bolonia, un poco más adelante si seguimos por la N-340. Hay que tomar un desvío para sortear la pequeña sierra litoral y que nos sirve para apreciar la belleza de su entorno (no es tan impresionante como el norte de España, por ejemplo, pero tiene una magnificiencia distinta, mucho más minimalista).

La playa de Bolonia es famosa por su duna: sale de la playa y remonta una colina, luchando contra un pequeño pinar que la controla. Es muy curioso ver algunos pinos muertos surgiendo como fantasmas de entre las arenas.

Además, desde la cima de la duna hay una gran vista de la playa y en la parte media de la misma están las ruinas del asentamiento romano de Baelo Claudia y al fondo, una zona nudista.

Desde aquí a Tarifa ya nos queda poco, aunque aún podemos desviarnos a sitios como Punta Paloma. Tarifa es una de las grandes mecas del surf de Europa, junto con algunas playas portuguesas y hasta aquí peregrinan miles de practicantes de los deportes marítimos desde todos los puntos de Europa.

Aquí podemos encontrar el castillo que defendió Guzmán, el Bueno, que prefirió sacrificar a su propio hijo antes que rendir la plaza que estaba a su cargo, y también la Isla de las Palomas, que pasa por ser el punto más meridional de la Europa continental. El paso a esta isla está prohibido porque es zona de nidificación de aves. Me parece un poco absurdo ya que ha sido cantera y cuartel y las aves no han dejado de acudir, y en todo caso con proteger los nidos en la época de cría (para evitar ataques de las aves) sería suficiente.

Saliendo de Tarifa hacia Algeciras empezamos a remontar las montañas que rodean el pueblo y sobre las que se han situado infinidad de molinos de generación eléctrica para aprovechar el viento que sopla constantemente aquí. Es como visitar un museo temático acerca de la energía eólica, puesto que hay molinos de modelos realmente antiguos.

Cuando casi hemos llegado a la parte alta de la carretera podemos hacer una parada en un mirador situado a mano derecha según subimos, y que nos da una estupenda perspectiva del Estrecho y de las Montañas del Rif, situadas al otro del lugar donde Mediterráneo y Atlántico intercambian sus aguas, y cubiertas de una perenne niebla.

Antes de llegar a Algeciras tendremos algunos miradores sobre el Peñón de Gibraltar, un trocito de España bajo soberanía británica y que es la última colonia en Europa y constante fuente de conflicto entre España y el Reino Unido, por infinidad de razones: desde las puramente políticas a auténticas pasadas como que construyeran parte de su aeropuerto en territorio español o que intenten aumentar con el vertido de escombros al mar su territorio, con lo que invaden aguas territoriales españolas. Y por supuesto están el tema del contrabando y del blanqueo de capitales...

Una recomendación: si buscáis un sitio donde dormir en Algeciras, os puedo decir que la Pensión Lisboa está regentada por una mujer simpatiquísima y sus habitaciones están muy bien. Los poco más de 20 euros que pagué por esa noche me parecieron una de las mayores gangas de la historia. No es de extrañar que tenga la puntuación que tiene en Booking. Ya sabéis que no suelo hacer recomendaciones de este tipo, pero bien merecen una excepción.

Tras Algeciras, cuya parte exterior es un horror urbanístico pocas veces igualado en los lugares que he visitado, empezaremos internarnos de nuevo en la península, alejándonos de la costa. Al principio pasaremos por comarcas llanas, pero finalmente comenzaremos a subir la serranía. Justo cuando nos desviamos podemos hacer una parada en el Castillo de Castellar de la Frontera, del que os hablo con más calma en este post.

Las carreteras rectas o con pocas curvas que hemos recorrido hasta el momento desde Leiría van a desaparecer durante un buen puñado de kilómetros, con un trazado sinuoso y pleno de curvas. Lo bueno es que hay bastantes miradores en todo el camino hasta Ronda, como uno situado en medio de la nada que tiene una vista genial de todo el sur de la provincia de Cádiz, llegando la vista hasta el mar. Por desgracia cuando pasé por allí era casi de noche... y no hay fotos, claro.

Antes de llegar a Ronda tenemos que pasar por el pueblo de Gaucín, construido adaptándose al terreno, de bastante pendiente y con esas casitas blancas tan características de los Pueblos Blancos de las montañas del sur de Andalucía.

Y la etapa remata en Ronda, capital de la serranía malagueña y rodeada de sierras como la de Ronda o Grazalema y con multitud de lugares interesantes de ver para un geólogo.

Ronda misma es un espectáculo. Un profundísimo tajo cruza la ciudad dividiéndola en dos y salvada por el monumental Puente Nuevo, uno de los puentes más espectaculares que conozco. La parte occidental de la ciudad está sobre un barranco que da paso a un valle y hay unos miradores increíbles... y poco aptos para quien padezca de vértigo.

Pero además del espectáculo natural, uno puede recrearse visitando las murallas de Ronda o lo que queda de su Alcázar o callejeando por sus calles o bajando al tajo por sus rutas senderistas (no recomendable para quien padezca del corazón).

Ronda, en definitiva, merece muchísimo la pena. Podéis conocer un poco mejor Ronda leyendo este otro post del blog Viajes por Iberia.

El mapa
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Portugal y Andalucía (IV): De Isla Cristina a Cádiz

jueves, 7 de enero de 2010

Mariscando en Isla Cristina (Huelva)
Mariscando en Isla Cristina


La Torre del Oro (Sevilla)
Torre del Oro (Sevilla)


La Giralda, Sevilla
La Giralda (Sevilla)


Plaza de España, Sevilla
Plaza de España, Sevilla


Paseo por la Plaza de España (Sevilla)
Paseo por la Plaza de España


Guadalquivir, Sevilla
El Guadalquivir


Fuerte de San Sebastián (Cádiz)
Fuerte de San Sebastián (Cádiz)


Plaza de San Felipe Neri (Cádiz)
Plaza de San Felipe Neri (Cádiz)


Eucalipto en Cádiz
Parque en Cádiz


Puerta de Tierra, Cádiz
Puerta de Tierra, Cádiz
Dejamos ya Portugal y nos adentramos en la segunda parte de nuestro viaje: vamos a conocer un poco Andalucía en tres etapas

Entramos en territorio español por Ayamonte, donde la Vía Infante de Sagres pierde su nombre para transformarse en la A-49, que llega a Sevilla.

Nuestra primera parada será Isla Cristina, una de las perlas del litoral onubense, con pinares de cierta entidad que discurren paralelos a las playas, y que crecen sobre las dunas.

En Andalucía es común encontrarse estos pinares litorales, ya que se han utilizado para fijar las dunas y proteger así los campos de cultivo

Es bastante fácil ver a algunos mariscadores e incluso a algún buscador de tesoros, con su detector de metales, por las playas a primera hora de la mañana.

Nuestro camino prosigue hacia Huelva capital cruzando Lepe, el que tal vez es el pueblo más famoso de España.

En Huelva podemos visitar los restos tartésicos, fenicios o árabes, civilizaciones que han ido configurando la ciudad y su historia, y cerca de la cual se encuentra la villa de Palos de la Frontera, desde donde partió la expedición de Cristóbal Colón que supuso el definitivo descubrimiento de América (aunque tardaron unas décadas en darse cuenta de ello).

La siguiente parada será Doñana, el Parque Nacional español por excelencia, configurado sobre las marismas del Guadalquivir, entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. Dentro de sus límites hay una riqueza natural extraordinaria, siendo uno de los últimos refugios del lince ibérico.

Para ir a Sevilla tendremos que volver a la A-49, ya que no podemos cruzar el Guadalquivir más al sur de la capital andaluza, salvo por un ferry que nos comunica con la provincia de Cádiz... pero eso dejaría Sevilla fuera de la ruta.

Sevilla es una de las ciudades más famosas de España y su fama viene tanto de su cultura, tantas veces confundida en el extranjero con la cultura española en su conjunto, como por algunos de sus monumentos, como la Giralda o la Torre del Oro, o el barrio de Triana... pero qué queréis que os diga: yo me quedo con la Plaza de España y su espectacular despliegue arquitectónico. Para los más cinéfilos, en Star Wars episodio II: El Ataque de los Clones, esto era el espaciopuerto de Naboo.

Esta plaza fue el faro de una Exposición Iberoamericana en 1929 y además de ella quedan por los alrededores edificios que en su momento fueron los pabellones de los diferentes países representados y que hoy son consulados, facultades, teatros...

Merece mucho la pena conocer esta parte de la ciudad y también pasear por uno de los parques más importantes de Sevilla, el parque de María Cristina, y también el cercano Costurero de la Reina, un palacete situado entre el parque y el Guadalquivir.

Nuestra ruta prosigue hacia el sur por carretera nacional para evitar los peajes, yendo hacia Cádiz, y donde salvando el Palmar de Troya, donde tiene sede esa alucinada secta de la Santa Faz con su curiosa basílica, no hay nada interesante que ver (hasta donde sé) hasta llegar a la Tacita de Plata.

Cádiz es una ciudad de curiosa geografía, ya que se encuentra ubicada en un tómbolo que la une a la Isla de León, donde está la ciudad de San Fernando. Eso la convierte en la única capital de provincia peninsular situada en una isla.

Y además de curiosa geografía, Cádiz puede presumir de ser la población más antigua de Europa y de haber sido el origen de las campañas de Aníbal, segunda ciudad más poblada del Imperio (tras la misma Roma), puerto principal entre Europa y América o cuna de la primera Constitución Española.

Y estando además allí los Astilleros de la Corona, fue fortificada a conciencia, existiendo varios fuertes o murallas por toda la ciudad, lo que la ha convertido en escenario de algunas películas como Knight and Day o 007: Die another Day.

Os recomiendo callejear por su cuadrícula urbana, diseñada de tal forma que no afecte el intenso calor andaluz a sus habitantes, o por sus bien diseñados y mejor cuidados parques.

Al final la ruta ha quedado un poco resumida. Para los que deseen ampliar información, recomiendo más que nunca ver las fotos relacionadas, pinchando sobre ellas

El mapa
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