Portugal y Andalucía (VI): De Ronda a Mérida

martes, 19 de enero de 2010

 
Penúltima etapa de este viaje que nos lleva por tierras lusas y andaluzas (sí, y también extremeñas, pero el título se hacía largo).

Vamos a dejar la bella Ronda para dirigirnos al norte. Tras subir la serranía en la etapa anterior podría pensarse que nos va a tocar otra carretera llena de curvas y en bajada... pero nada más lejos de la realidad. Nos espera una especie de medio llanura, medio sierra de paisajes realmente bonitos y curiosos.

En Galicia la montaña está cultivada como prado en su mayoría y en un escaso porcentaje de su superficie, pero por estas tierras entre Ronda y Antequera nos encontramos con un casi 100% de toda la superficie útil cultivada.

 

En medio de todo esto nos encontramos con la comarca de Guadalteba con la torre de Teba, fácilmente visible, como privilegiada atalaya de todo el valle y últimos restos del Castillo de la Estrella. Descubrí este castillo por pura casualidad, ya que la carretera que iba a Antequera estaba cortada y te mandaban por un desvío que pasaba por Campillos. Así que ya puestos, paramos en Teba.

Castillo de gran historia, el Castillo de la Estrella fue uno de los bastiones defensivos que los musulmanes edificaron para proteger sus últimos dominios peninsulares, y que cayó bajo el poder de Alfonso XI en el siglo XIV.

 

En la toma del castillo un caballero escocés, sir James Douglas perdió la vida... por tonto. La cosa es que sir James fue el encargado por el rey Robert I Bruce (el de Braveheart, para entendernos) para llevar su corazón embalsamado a tierras donde los cristianos aún luchasen con los sarracenos. Al llegar a Sevilla, sir James no tuvo mejor idea que embarcarse en la cruzada contra Teba, donde murió en una emboscada. Total, que al final el caballero y el corazón volvieron a Escocia.

De Teba partimos para Antequera, donde destacan su Alcazaba, las termas romanas y también el Arco de los Gigantes, donde el cabildo mandó poner las lápidas y otros restos romanos encontrados en los alrededores. En Antequera también está el Torcal de Antequera (que no conozco) y que es uno de los paisajes más singulares de España.



Nuestra siguiente parada bien podría ser Lucena, en cuyo castillo fue encerrado Boabdil, el último rey del Reino Musulmán de Granada, unos años antes de la caída del reino nazarí. Yo no me detuve aquí, así que ni idea de si merece la pena.

De camino a Córdoba podemos parar también en Montilla, capital de una de las grandes regiones vitivinícolas de Andalucía y con un buen patrimonio histórico, pero al igual que Lucena, tuve tiempo de verlo.

Córdoba, patrimonio de la humanidad, que en la antigüedad tuvo momentos de gran esplendor, como durante la dominación romana, cuando fue la capital de la provincia romana de la Bética y dio al Imperio algunos de sus grandes nombres, como Séneca.

O más adelante, cuando fue una ciudad importante dentro de la provincia bizantina de Spania.

Pero sobre todo, cuando fue la capital del Califato de Córdoba, su momento de mayor esplendor y en el que se convirtió en la ciudad más poblada del mundo.

Y todo eso se refleja en sus calles, con un riquísimo patrimonio monumental, donde destacan el puente sobre el Guadalquivir que lleva a la Mezquita-Catedral, una de las maravillas arquitectónicas del mundo y que al parecer tiene su origen en un templo cristiano visigodo. La entrada es cara, pero creedme que merece mucho la pena.

Como merece la pena callejear por la ciudad y ver los restos de sus murallas, los restos de las termas o los restos romanos que permanecen hasta nuestros días. Si duda una ciudad para conocer.


De aquí partimos para Mérida, siguiendo en buena parte del recorrido la N-432 (hasta Zafra), pasando por dehesas, llanuras e incluso una comarca vitivinícola. A mí me gustó especialmente el primer tramo, a la salida de Córdoba.

Zafra es otra parada interesante por su patrimonio, donde destaca el Palacio de los Duques de Feria. Una confusión muy común es creer que el Castillo de Zafra se encuentra en esta localidad, pero "esa" Zafra está en Campillo de Dueñas, provincia de Guadalajara, muy cerca de Molina de Aragón.

Actualización: En el momento de escribir este artículo, allá por 2010, era un consejo más curioso que otra cosa, pero a raíz del éxito de Juego de Tronos, más de uno y más de dos han acabado en esta parte de la provincia de Badajoz buscando la "Torre de la Alegría", donde sucedía una de las escenas clave de la serie.


Mérida, fin de nuestro itinerario de hoy es una de las ciudades más interesantes de España debido a su historia, cuyo origen está en la fundación de la ciudad por parte de Octavio Augusto, al licenciar a dos legiones que habían luchado en las guerras cántabras, sobre un poblado prerromano a cuyos habitantes se concedió la ciudadanía.

 

Mérida, hoy capital de Extremadura, inició entonces un despegue que la llevó a ser capital de la provincia romana de Lusitania y a alcanzar un gran esplendor que aún hoy puede ser fácilmente admirado: circo, coliseo, teatro, termas, puentes, acueductos... todo ello permanece en pie y el respeto que actualmente se tiene a los restos arqueológicos es ejemplar.

Como curiosidad decir que durante un breve período de tiempo, Mérida fue la capital de España, ya que el reino visigodo la tuvo como tal en el siglo XVI.

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