El gran eje parisino

miércoles, 26 de mayo de 2010

EDF, La Défense (Nanterre, Francia)
La Défense


Eje La Défense - Arc du Triomphe (Nanterre-París, Francia)
Eje La Défense - Arco del Triunfo


El Arco del Triunfo, París
El Arco del Triunfo

Obelisco de Luxor en la Place de la Concorde (París, Francia) (167 mil visitas)
Obelisco de Luxor
en la Place de la Concorde


El Arco del Carrusel (París, Francia)
El Arco del Carrusel

París es una de las ciudades más famosas del mundo. Es por eso que teóricamente no tendría cabida en este blog, ya que es una ciudad que no necesita ser descubierta a nadie, igual que cuando hice las rutas por Portugal se omitieron Porto y Lisboa.

Pero creo que hay un par de aspectos diferentes que me gustaría resaltar, ya que la gente se queda con los diferentes monumentos de la ciudad, pero no con algunas relaciones ciertamente llamativas, como la que da título al post.

Muy poca gente sabe que hay una línea recta de ocho kilómetros que va desde Nanterre hasta el Louvre, encadenando una sucesión de monumentos irrepetible.

Nuestro recorrido empieza en el Arche de la Défense, en Nanterre, sede del poder económico francés. En este distrito se concentran las sedes de las mayores empresas del país. Para hacerse una idea del poder y la influencia que supone este enclave, decir que Nicolas Sarkozy fue su alcalde durante varios años y eso le sirvió de trampolín en su carrera.

El Arco tiene unos 35 pisos de altura y en la parte superior alberga el museo del videojuego. Fue diseñado por Johann Otto Von Spreckelsen, que no vivió para ver finalizada su obra. Es realmente impresionante.

Para movernos entre las diferentes paradas recomiendo la línea 1 de metro, que sigue nuestro recorrido hasta casi el final. Y podemos coger este metro hasta la siguiente parada: Explanade de la Défense.

Desde aquí tenemos más conciencia de lo que es el eje: a nuestras espaldas estará el Grande Arche, y al frente, siguiento la autopista y la línea de metro veremos el Arco del Triunfo, ya en París. Aunque no es una parada muy turística, lo cierto es que me encantó esta parada.

De vuelta al metro, seguimos ruta hasta llegar a la parada de Charles de Gaulle-Êtoile. Esta estación es enorme y está casi debajo del arco del triunfo. Las salidas son un poco laberínticas, sobre todo a última hora cuando cierran algunas puertas y te cuesta encontrar la salida.

El Arco del Triunfo es uno de los monumentos más conocidos del mundo. Napoleón, que dijo a sus soldados "volveréis a casa bajo arcos de triunfo" ordenó su construcción para conmemorar las victorias de su Grande Armée, y en ella están grabados los nombres de las batallas que ganó el ejército napoleónico y el nombre de sus generales, estando subrayados los de aquellos que murieron en combate.

A partir de aquí podemos caminar un rato, ya que desde aquí comienzan a bajar los Champs Elysées, avenida que toma su nombre de la mitología romana (era su equivalente al paraíso), y que es una zona de compras muy importante (y muy cara también). De entre las cosas que me llamaron la atención estaban las tiendas de Peugeot y Citroën (esta última con una fachada ciertamente llamativa).

Al final de la avenida se llega a la Place de la Concorde, que es poseedora de una importante historia. Construida como un homenaje a Luis XV tras su restablecimiento de una enfermedad, luego tendría un importante protagonismo durante los sucesos de la Revolución y la caída de la monarquía durante el reinado de su heredero, el famoso Luis XVI que sería ejecutado aquí junto a su mujer, la aún más famosa María Antonieta.

También fue de aquí de donde se robaron las armas que luego se utilizarían para asaltar la Bastilla, y durante el Terror aquí se puso una de las guillotinas de París. Tal fue la masacre que al finalizar el Terror los nuevos gobernantes decidieron poner fin a todo eso y llamarla "Plaza de la Concordia", nombre que permanece.

Pero a pesar de ello siguió siendo un importante símbolo, como demuestra el hecho de que Luis Felipe I, rey de los franceses, decidió situar aquí el Obelisco de Luxor, regalo del valí de aquel país a Francia. La idea era que ninguna de las facciones de aquel momento pudiese apropiarse de la plaza y de su historia.

Justo a continuación se encuentra el Jardín de las Tullerías (Les Tuileries). Su nombre (las tejerías sería una traducción más apropiada) se debe a las fábricas de tejas que al parecer existían aquí y fueron derribadas para construir el palacio.

En el siglo XVI la reina Catalina de Médicis ordenó la construcción del jardín, hoy el más famoso de la ciudad. Como nota curiosa, desde sus terrenos tuvo lugar la primera ascensión de seres humanos en globo, poniendo el primer embrión de lo que sería más adelante la era de la aviación.

El Palacio de las Tullerías, situado un poco más adelante, nunca llegó a ser terminado si atendemos a su proyecto original, ya que la reina decidió tomar residencia en otro lugar. Más adelante este palacio sería palacio imperial, ya que Napoleón lo tomó como residencia. También vivieron aquí los dos últimos borbones (Luis XVIII y Carlos X) y Luis Felipe I. Su último residente regio fue el emperador Napoleón III, que de hecho contrajo aquí matrimonio con su emperatriz, Eugenia de Montijo.

Fue también idea de Napoleón III hacer las reformas precisas para unificar este palacio con el del Louvre, hoy sede del famoso museo.

Entre el Jardín de las Tullerías y el Louvre se encuentra otro de los arcos de triunfo mandados construir por Napoleón Bonaparte: el Arco de Carrusel, cuyas estatuas originales habían sido donadas por el Louvre y que eran originales de la civilización grecorromana. Hoy en día el arco luce réplicas de aquellas estatuas.

Y por último, el Louvre, el museo más importante del planeta. Su origen lo encontramos en las colecciones reales atesoradas por la monarquía francesa que fueron puestas, a partir de 1793 a disposición del público. Desde entonces sus fondos han crecido enormemente y es una de las joyas de Francia.

Al igual que las Tullerías, debe su esplendor a Catalina de Médicis. Originalmente concebido para ser residencia regia, fue abandonado en favor de las Tullerías, lo que significó que las Academias Francesas empezaron a utilizarlo como sus sedes.

Afortunadamente, este palacio no sufrió grandes daños durante el incendio que destruyó el palacio de las Tullerías, toda vez que ambos edificios estaban unidos.

La última gran reforma del edificio fue la famosa pirámide, poco comprendida por el público en general, pero adorada por los arquitectos y que es utilizada como entrada principal al complejo del museo.

El mapa

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