El Valle del Douro (II): De Freixo de Espada à Cinta a Porto

miércoles, 7 de diciembre de 2011

O Douro en Freixo de Espada à Cinta
Freixo de Espada à Cinta, Portugal


Viñedos (Freixo de Espada à Cinta, Portugal)
Freixo de Espada à Cinta, Portugal


Cais de Barca d'Alva (Figueira de Castelo Rodrigo, Portugal)
Barca d'Alva


Mapas
Barca d'Alva


A Beira Interior
Barca d'Alva


Pocinho, Vila Nova de Foz Côa (Beira Interior, Portugal)
Pocinho, Vila Nova de Foz Côa


São Joao da Pesqueira (Beira Interior, Portugal)
São Joao da Pesqueira


Barcos en Pinhão (Alijó, Portugal)
Barcos en Pinhão


Douro é de ouro
Douro entre Pinhão y Tabuaço


Douro e vinha
Douro entre Pinhão y Tabuaço


Río Távora (Tabuaço, Portugal)
Río Távora


Vales de Tabuaço (Beira Interior, Portugal)
Tabuaço


Salto de Régua
Salto de Régua


Peso da Régua (Vila-Real, Portugal)
Peso da Régua


O Douro en Lamego (Douro, Portugal)
O Douro en Lamego


Caldas de Aregos (Resende, Portugal)
Caldas de Aregos (Resende)


O Douro en Baião
Baião


Foz do Douro (Porto, Portugal)
Foz do Douro


Forte de São João de Foz do Douro (Porto, Portugal)
Foz do Douro


Faro da Foz do Douro (Porto, Portugal)
Foz do Douro


Las bicicletas son para el verano
Foz do Douro

Esta segunda etapa va a seguir casi completamente por el tramo en que el Duero o Douro, como se llama en estas tierras, fluye exclusivamente por territorio portugués.

Había mencionado en la anterior entrega que en esta zona empieza a verse una cantidad ya considerable de viñedo y de olivo, y también había mencionado que había mucho cítrico. Pues bien, por lo que he podido averiguar, en el tramo que va de Freixo de Espada à Cinta, de donde partimos, hasta Barca d'Alva y sus alrededores se cultivan las mejores olivas y los mejores cítricos de Portugal.

Así que ya sabéis. Si tenéis oportunidad parad a comprar un poco de aceite y naranjas, si estáis en la época.

Y aprovechando esto, recientemente los municipios de la zona han aprovechado la fama de aceite y vino para crear una serie de rutas que dinamicen turísticamente esta zona, promocionándola a nivel internacional. Personalmente, a mi me parece que es una buena iniciativa y la verdad es que a quien le guste el paisaje y la gastronomía debería plantearse echar un ojo a esta región. Por desgracia, no parece haber ninguna web que sirva de ayuda al visitante. Esperemos que se corrija en breve.

Volviendo a Barca d'Alva, se trata de un lugar mucho más interesante de lo que parece a primera vista. Para el que no lo conozca, le parecerá un pueblo minúsculo, bonito, bien cuidado y enclavado en un valle semiárido y de montañas pequeñas y suaves.

Pero Barca d'Alva tiene algunas curiosidades: durante varias décadas fue uno de los nudos ferroviarios más importantes de Portugal, puesto que era una de las principales salidas a Europa. Aquí conectaba la red portuguesa con la española y era punto de salida de muchas de las mercancías de Porto por vía terrestre.

Y hay más: Barca d'Alva es el límite del Douro navegable y aquí está el primer puente sobre el Duero que une las dos orillas en territorio luso. Barca d'Alva es, de hecho, una localidad fronteriza.

También la estación terminal de los cruceros que vienen desde Peso da Régua o incluso Oporto y hay un mural donde se representa todo el tramo del río, con las poblaciones más importantes, desembocaduras de ríos y las diferentes esclusas. Varias compañías ofrecen los cruceros fluviales con diferentes duraciones y destinos. Si tenéis que elegir, tomad el tramo que empieza en Peso da Régua y termina aquí. Es el más interesante con diferencia.

Dejando Barca d'Alva, volvemos a cruzar el puente y nos metemos por una carretera que no sale en muchos GPS pero que nos va a llevar a Ligares. No es que haya mucho que ver en Ligares, pero las vistas sobre el valle del Douro, de Barca d'Alva desde las alturas y también de las montañas de esta parte del país me encantaron. Eso sí, hay que tener un poco de ojo en esta parte porque en algunos GPS no está bien cartografiada esta zona: en muchos de ellos Peredo dos Castelhanos aparece como un lugar donde la carretera finaliza... y no es así. En Google Maps, afortunadamente, si que aparece todo.

Vamos a volver a cruzar el río en la presa de Vila Nova de Foz Côa, en Pocinho, antes nudo ferroviario y hoy estación terminal de la línea que viene de Oporto. Aquí ya empieza a haber más y más viñedo en plantaciones más grandes y más juntas, sobre todo al pasar la capitalidad municipal en dirección a São João da Pesqueira, que pasa por ser uno de los municipios que integran el núcleo más duro de la región vinícola del Douro.

A partir de ahora los viñedos serán compañía constante en nuestro viaje, atravesando valles suaves y pequeñas llanuras cubiertas de viñedo hasta iniciar el descenso que nos va a llevar nuevamente al río.

A partir de aquí veremos que el Douro vuelve a estar profundamente encajado en un valle de escarpadas laderas y con una enorme cantidad de viñedo plantado en terrazas... mantener esto tiene que ser una labor lenta y costosísima: imaginad bajar con un tractor cargado de material desde la cumbre hasta la parte baja, donde están los almacenes y bodegas. La cantidad de zig-zags a hacer tiene que ser desesperante.

Nuestra siguiente parada será Pinhão, perteneciente al concelho de Alijó. Pinhão es una de las paradas de los cruceros fluviales y desde aquí se pueden realizar visitas guiadas a las bodegas de los alrededores ahora ya casi solapadas. Desde la distancia resulta imposible saber donde empieza una y termina la vecina.

Para distinguirse enormes carteles con los nombres de las diferentes marcas de Oporto han sido desplegados por las quintas (y cada marca puede poseer muchas quintas). Sandeman, Ferreira, Alves de Sousa, Offley... el tramo entre Pinhão y el desvío a Tabuaço es espectacular.

Tabuaço tiene como único acceso carreteras sinuosas llenas de curvas, compensadas por buenas vistas (y sitios para parar el coche) sobre el río Távora, auténtico corazón del municipio y que da nombre a la infortunada familia que habiendo servido a los reyes portugueses durante siglos fueron casi exterminados por su enfrentamiento con el Marqués de Pombal, hasta el punto que los escasísimos supervivientes prefirieron cambiar de apellido.

Desde Tabuaço, excelentes vistas, mucho vino y un valle muy verde. Por lo visto el clima en invierno aquí es bastante riguroso, así que si tenéis pensado visitar el lugar, tenedlo en cuenta.

Volviendo al Douro, continuaremos camino hasta Peso da Régua con el permanente acompañamiento de una cadena de quintas de viñedos que es un auténtico desmadre. No tengo ni idea de cuánto personal pueden necesitar para mantener todo esto en marcha... ni de cuánto puede producir este lugar para conseguir mantener semejante despliegue en marcha.

Antes de llegar a Peso da Régua está una de las esclusas. Si os coincide, es interesante pararse a ver cómo uno de los cruceros fluviales la utiliza para continuar viaje río arriba, o río abajo.

Peso da Régua es uno de los pueblos más famosos de la región de los Vinhos do Porto simplemente porque es donde terminan muchos de los cruceros. Dije bien: "terminan". Es algo así como ir hasta la playa y darse la vuelta al pisar la arena. Como dije antes, de Peso da Régua a Barca d'Alva está lo más interesante. Si seguimos río abajo aún nos quedan unos cuantos paisajes que ver de gran interés, como la zona de Lamego.

La confluencia de valles de Lamego y Régua es, de hecho, una cuenca amplia llena de viñedo. Una cantidad descomunal. En mi vida había visto tanto como en este valle (y he visto mucho viñedo). A nivel "paisaje", nada que ver con lo que dejamos atrás... pero el sentimiento de enormidad ante la cantidad de viña que crece en esas laderas no me lo quita nadie.

A partir de aquí la cosa va perdiendo un poco en interés. El valle en Cinfães es muy verde, pero no es tan espectacular como lo que hemos visto. Y para un gallego es como ver un valle de los que tenemos por aquí, pero más grande.

Como última parada antes de la desembocadura podemos detenernos en Caldas de Aregos, famosa estación balnearia desde, al menos, los tiempos de Afonso I Henríques, primer rey de Portugal, de quien se dice que acudió aquí para tomar sus aguas con óptimos resultados.

En Caldas de Aregos aprovecharon para montarse un puerto deportivo que está en unas condiciones excelentes y que hará las delicias de los que adoren navegar por un río embalsado. El paisaje es muy bonito y hay bastantes kilómetros de río navegable. Creo que hay minicruceros y posibilidad de alquilar embarcaciones, pero no me fijé mucho.

A partir de aquí el río está alternativamente rodeado de bosque o urbanizado, en pequeñas poblaciones como Alpendurada e Matos. En algunos sitios hay astilleros, alguna playa fluvial... todo bonito pero nada sobresaliente.

Y finalmente, Oporto. Segunda ciudad del país (en importancia, no en población) y cuya parte más antigua es Patrimonio de la Humanidad. En esta ruta no me voy a parar con Porto (algún día le dedicaré su propio artículo) y vamos a llegar hasta Foz do Douro, pasando por debajo del famoso puente de Dom Pedro I, símbolo de la ciudad portucalense.

Foz do Douro es en la práctica un barrio de Oporto, aunque en tiempos era una población independiente. Es aquí donde desemboca el río que hemos seguido durante tantos kilómetros.

En tiempos, Portugal dedicó bastantes recursos a proteger su entrada, dotándolo de fortificaciones para proteger a la ciudad de un posible ataque marítimo. Tener un río tan ancho y navegable como el Duero es una bendición para el comercio y un problema para los militares encargados de defenderlo. Menuda tesitura tenían los portugueses: sus dos ciudades principales están en la desembocadura de ríos navegables que mueren en un amplio estuario.

Hoy en día sólo resta un pequeño fuerte como recordatorio de las defensas que se construyeron para proteger a la ciudad de posibles invasores y los esfuerzos se encaminan hoy más a mantener el calado del canal de acceso y a espigones que corten el oleaje en la salida. Si le echáis un ojo en Google Maps a esta zona veréis que se han montado una especie de playa artificial con toda esa arena y a modo de parapeto en el lado sur, mientras que en el norte hay un enorme espigón.

Y hasta aquí esta ruta por una de las últimas regiones del Portugal continental que nos quedaba por ver.

El Mapa

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El valle del Douro (I): de Bragança a Freixo de Espada à Cinta

lunes, 24 de octubre de 2011


Domus Municipalis, Bragança (Trás-os-Montes, Portugal)
Domus Municipalis, Bragança

Outeiro, Bragança (Portugal)
Outeiro

Castelo de Outeiro (Bragança, Portugal)
Castelo de Outeiro

Castelo de Miranda do Douro (Trás-os-Montes, Portugal)
Castelo de Miranda do Douro

Mirandeses
Estatua de Mirandeses

De crucero por el Duero
Cañón del Duero en Miranda

Igreja de Mogadouro (Trás-os-Montes, Portugal)
Iglesia de Mogadouro

Castelo de Mogadouro (Trás-os-Montes, Portugal)
Castelo de Mogadouro

Mazouco, Freixo de Espada à Cinta (Trás-os-Montes, Portugal)
Mazouco

Congira, Freixo de Espada à Cinta (Trás-os-Montes, Portugal)
Douro en Mazouco

Freixo de Espada à Cinta (Trás-os-Montes, Portugal)
Freixo de Espada à Cinta

A Torre do Freixo (Freixo de Espada à Cinta, Portugal)
Freixo de Espada à Cinta

O Freixo de Espada à Cinta (Portugal)
Freixo de Espada à Cinta


Tres de los grandes ríos peninsulares tienen tramos internacionales y dos de ellos, el Tajo y el Duero, desembocan en la costa portuguesa tras haber recorrido parte del país.

De estos dos, el Duero es el que ofrece un recorrido más espectacular, encuadrado en un cañón que atraviesa Portugal de este a oeste y que conoce toda clase de climas, desde el interior de lo que en ese país se llama el Alto Douro, hasta el atlántico de Oporto, en su desembocadura.

El Duero recibe el nombre de Douro en Portugal, y ese va a ser el nombre con el que me voy a referir al mismo durante las dos entregas en que voy a dividir esta ruta.

La ruta va a comenzar realmente en Bragança, para enlazarlo con la ruta anterior, la que nos llevaba de Chaves a Puebla de Sanabria y que pasaba por la capital de Trás-os-Montes.

Y precisamente a la antigua capital de la provincia histórica de Trás-os-Montes nos vamos a dirigir desde Bragança, para hacer una parada en un pueblo llamado Outeiro.

Outeiro es interesante debido a los restos de su castillo, antiguamente uno de los que protegían la línea fronteriza del noreste portugués, en colaboración con los de Miranda do Douro, Vimioso, Penas Róias y Algoso... y a una mayor escala, con Bragança o Freixo de Espada à Cinta, por mencionar otros dos lugares de esta ruta.

Desde lo alto de la colina se divisa muy bien el área circundante, incluyendo la frontera que separa a estas tierras de España. En los primeros tiempos del Portugal, echar un ojo a lo que hacían sus vecinos leoneses era vital para la supervivencia del reino.

Pero una vez que la cosa se fue calmando el castillo fue cayendo en ruina hasta su casi total desaparición. Por la cantidad de escombro que se ve, diría que los vecinos habrán canibalizado las piedras hasta dejarlo en su estado actual.

Aquí una cosa: el GPS os dirá que para Miranda hay que coger una carretera que va por el lado este de Outeiro, mientras que la cartelería te manda por una carretera principal. En este punto, mejor hacer caso del GPS. La carretera principal te lleva en realidad a Argozelo, y a partir de ahí tienes que coger una carretera como la otra, aunque con algunas curvas menos. Es un buen rodeo.

Antes de llegar a Miranda do Douro vamos a pasar por tierras de Vimioso, que junto con Miranda y otro municipio por el que pasaremos después comparten una lengua llamada mirandés, de la familia del asturiano y el leonés. El mirandés se escribe con grafía lusa, pero es perfectamente comprensible para cualquiera que sepa gallego, portugués o asturiano. Los que sólo saben castellano tendrán algunos problemas con el vocabulario, pero nada insalvable. El mirandés es la única lengua, además del portugués, que tiene rango oficial en el país y es un patrimonio cultural en el que se está trabajando para su conservación, habida cuenta de que el asturleonés se perdió al otro lado de la frontera.

Miranda do Douro fue en tiempos la capital de la provincia histórica de Trás-os-Montes y sede episcopal. Estamos hablando de finales de la Edad Media, cuando las cosas ya no iban tan revueltas como antes. Miranda prosperó y una familia que está muy ligada a la ruta que haremos se hará cargo del castillo: los Távora, leales servidores de los reyes portugueses a pesar de tener orígenes en la realeza leonesa.

Miranda prosperó mientras hubo paz. En cuanto la guerra volvió la ciudad sufrió muchísimo y la sede episcopal y la capitalidad se movieron a Bragança, donde están hoy, en el siglo XVIII. A pesar de eso y aún hoy, los obispos bragantinos inscriben su nombre en la placa con los nombres de los titulares de Miranda que se encuentra en las ruinas de lo que un día fue el palacio episcopal. De hecho, la antigua catedral de Miranda sigue teniendo el título de "Sé" (Sede episcopal)

El castillo de Miranda conoció un episodio terrible cuando durante un sitio el polvorín del castillo estalló matando a casi 400 personas. Aunque no se ha determinado la responsabilidad, existe la creencia de que el gobernador militar de la plaza tuvo algo que ver. Después de aquello, claro, Miranda capituló.

Otra cosa interesante de Miranda, además de sus calles con una arquitectura popular muy bien conservada es lo que queda de un monasterio, hoy convertido el edificio de la iglesia en biblioteca municipal.

Y por supuesto, no hay que olvidar los restos de la muralla y los numerosos miradores que hay sobre el cañón del Douro, que aquí es muy bonito. Para navegar por él hay un embarcadero desde el que sale un catamarán. Se va a él por la carretera que va hacia España y que termina en la presa de Miranda.

Dejamos ahora miranda y vamos hacia Mogadouro, siguiendo el curso del río (aunque no lo veremos en bastantes kilómetros). Mogadouro fue otra de las posesiones de los Távora.


El castillo de Mogadouro fue de gran importancia dentro de la defensa del noreste portugués, y se mantuvo en muy buen estado hasta la aniquilación de la familia Távora en el siglo XVIII a manos del Marqués de Pombal. Después la ruina hasta que el municipio se hizo con lo que quedaba del castillo y consolidó y rehabilitó parcialmente los restos. Hoy es posible subir a la torre con una guía turística municipal.

En el mismo momento en que se sale del territorio de este municipio y se entra en Freixo de Espada à Cinta hemos entrado en la Região Demarcada do Douro que instituyera en el siglo XVIII el marqués de Pombal para la protección de los vinos de Oporto. Aunque Oporto está como a 250 kms, los vinos que llevan su nombre se elaboran en el tramo del río que va desde Cinfães hasta el límite de Miranda do Douro). Está bien indicarlo porque no recuerdo haber visto ningún cartel que te informe de esto.

El camino va a transcurrir sin sobresaltos hasta Mazouco, ya en el muncipio de Freixo de Espada à Cinta. Aquí dejaremos la carretera principal y nos dirigiremos al pueblo. De camino a él hay unas vistas preciosas sobre el valle del Douro, en la zona de las Arribes del Duero. A un lado, España. Al otro, Portugal.

La verdad, no merece mucho la pena pararse en Mazouco. Es un pueblo bonito, pero no tiene nada en concreto que ver. Y tampoco parece que estén muy acostumbrados a ver turistas porque veían la matricula de mi coche, española, como quien ve un marciano. Tal vez pensaban que me había perdido.

Lo interesante de Mazouco es precisamente el río. En la parte de abajo hay un pequeño rinconcito con una especie de playa fluvial, donde hay un embarcadero y donde al parecer se pueden alquilar canoas (no lo tengo claro: el día en que fui no había un alma). Pequeñas casetas se yerguen entre los huertos de olivos, naranjos y almendros, algunos orientados hacia el río. Tiene que ser un lugar fantástico para estar tranquilo.

Siguiendo por la carretera al lado del río tienes unas vistas preciosas de las Arribes. Después se desvía y los viñedos que ya habían empezado aquí y allí desde Miranda comienzan a ser preponderantes. También empieza a haber muchos almendros y por todas partes el omnipresente olivo.

Freixo de Espada à Cinta tiene un nombre tan curioso que fue una de las razones que me llevaron a visitarla. Aunque el pueblo en sí es un poco decepcionante para quien busca grandes monumentos, lo cierto es que ninguno le podría haber hecho sombra a los paisajes que hemos dejado atrás. Es una villa que conserva muy bien su patrimonio, habiendo varias iglesias, alguna medieval, y una torre que es todo lo que queda del castillo y que está en un excelente estado.

Vamos a dejar esta etapa en Freixo y continuamos desde aquí en la próxima entrega

El Mapa
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Del Gêres al Lago de Sanabria (II): De Chaves al Lago de Sanabria

sábado, 13 de agosto de 2011

Vidago (Chaves, Portugal)
Vidago (Chaves, Portugal)

Terra de Bragança (Portugal)
Terra de Bragança

Domus municipalis (Bragança, Portugal)
Domus municipalis (Bragança, Portugal)

Una granja dentro de la muralla (Bragança, Portugal)
Bragança

Castelo de Bragança (Portugal)
Castelo de Bragança

Castelo de Bragança (Alto Trás-os-Montes, Portugal)
Bragança

Montesinho (Vinhais, Alto Trás-os-Montes, Portugal)
Montesinho

Con un pie en dos países
Frontera Vinhais (PT) - Hermisende (ES)

Castillo de Puebla de Sanabria (Zamora, España)
Castillo de Puebla de Sanabria

Puebla de Sanabria (Zamora, España)
Puebla de Sanabria

Lago de Sanabria (Zamora, España)
Lago de Sanabria

Lago de Sanabria (Zamora, España)
Lago de Sanabria


En esta segunda parte de la ruta el paisaje va a cambiar mucho. Vamos a alejarnos de las montañas del Gêres, que forman parte del Portugal húmedo y vamos a adentrarnos en una sucesión de paisajes un poco diferentes.

Cuando hice esta ruta pasé la noche en Chaves en el Residencial Bem Estar, que estaba en muy buenas condiciones (todo nuevo y limpio) y por un precio más que razonable (30€/noche en junio de 2011, alojamiento y desayuno).

Nuestra primera parada va a ser Vidago, una villa que conoció su mayor esplendor a finales del siglo XIX, justo después de que se descubriese que sus aguas tenían propiedades terapéuticas, lo que llevó a su explotación turística y comercial. Llegó a haber varios hoteles de buen tamaño, si bien hoy en día sólo he visto uno de ellos en activo, el Gran Hotel y un par de ellos abandonado (el que veis en la foto y otro en el centro del pueblo). El Gran Hotel se puede visitar, creo que desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde. En su recinto no se pueden hacer fotos.

En la anterior entrega decía que el hecho de que la carretera tuviese tanta curva iba a tener cierta influencia en esta ruta y el caso es que a estas alturas a mi no me apetecía ir por una carretera con demasiada curva y también me apetecía un pequeño cambio de paisaje.

Así que tomé una serie de carreteras secundarias hacia Murça, y aunque me gustó mucho el paisaje no vi ningún sitio "especial" para hacer una foto. La idea era llegar hasta una vía rápida que comunica Bragança con Porto. Bien, pues esta fue una pésima idea: resulta que en el momento de pasar yo había obras de ampliación de dicha vía para convertirla en autovía (o tal vez autopista, que Portugal está en un proceso de convertir todas sus vías de alta capacidad en vías de peaje). Resumen, que me aburrí de obras, desvíos y atascos, pero al final se llega a Bragança, aunque uno lo haga más bien harto.

Al llegar a Bragança recorrí un poco sus calles mientras me aproximaba al castillo, que domina la localidad desde una colina. La idea de construir este castillo fue doble: por un lado se protegía la ruta que comunicaba Porto, una de las ciudades más importantes de Portugal, con Zamora, una de las más importantes del Reino de León. Por otro lado, el reino luso necesitaba un castillo importante que protegiese el noreste del país de lo que pudiesen hacer los leoneses (y más tarde castellanos) desde el castillo de Sanabria.

Lo que era la vieja Bragança vivía dentro de los muros de la fortaleza. Hoy en día es un barrio supertranquilo, con aire más de pueblo que de ciudad. Paseando por sus calles uno no tiene la sensación de estar en la población más importante del noreste de Portugal... más bien parecen las calles de un pueblo cualquiera en lo más profundo del país. Con decir que hasta hay una granja con sus terrenos dentro de los muros...

En cuanto al castillo, al construirlo posiblemente nadie pensaría que sus muros darían origen a la última dinastía reinante de Portugal, los Bragança, en cuyo momento de máximo esplendor fueron reyes de Portugal y los Algarves y emperadores de Brasil. El fundador de la Casa de Bragança era hijo ilegítimo de un Rey, João I. Lo que son las cosas, también era hijo ilegítimo y fundador de una dinastía, la de Avis, tras la independencia de Castilla e. Sin embargo los Bragança no serían casa reinante hasta Jõao IV, ya en el siglo XVII... también después de una guerra de independencia contra Castilla.

Otros dos puntos interesantes dentro de las murallas del castillo son el pelourinho, una representación escultórica muy típica dentro del norte de Portugal que vendría a ser como una especie de símbolo de la localidad en la que se encuentra y sobre todo, la llamada Domus Municipalis, que se trata de un edificio de planta cuadrada y que resiste muy bien el calor exterior manteniendo una temperatura muy agradable en su interior y que nadie sabe para qué se construyó. Se sabe que en algún momento fue sede del poder municipal de Bragança y también que sirvió de cisterna para almacenar el agua de la lluvia, elemento crucial cuando el castillo estaba sitiado, pero la finalidad real es desconocida.

Dejando Bragança vamos a tomar las tierras de Montesinho, un parque natural que tiene fama de ser la parte más salvaje del país (a mi no me lo pareció, pero bueno...). Aquí debo indicar que la carretera que voy a indicar para la ruta no es la que cogí yo, que utilicé la que va de Bragança a Hermisende, ya en España, pero para ir a Puebla de Sanabria hay una carretera directa. Sobre el mapa es mejor carretera y debe tener un trazado más bonito (y verde) que el que seguí yo. Si alguien va por ella que me deje un comentario (y unas fotos, si puede ser)

Entonces, la parte que vi del Montesinho tenía zonas muy bonitas de bosque de roble o de rebollo, pero también amplias áreas cultivadas y mucha plantación de castaño para explotación de su fruto. No es que me pareciese particularmente atractivo, pero me quedaron ganas de conocerlo mejor: no puede ser que entre lo que vi y la descripción haya tanta diferencia. La parte que más me gustó es la línea fronteriza de España y Portugal, con la carretera yendo casi paralela durante unos centenares de metros a la red de marcos fronterizos.

Llegando a Puebla de Sanabria recomiendo callejear un poco por sus calles, preciosas en piedra y con buena muestra de arquitectura tradicional gallega (vale, es Castilla y León, pero la forma de las casas es típicamente gallega), mientras nos dirigimos a su castillo, que alberga una exposición muy intersante acerca de la comarca y su historia, y también de la relación entre Sanabria y Bragança. Al igual que su homólogo bragantino, el castillo de Sanabria también protege una antigua ruta comercial: la que unía el sur de Galicia con el corazón de los reinos de León y Castilla. De ahí la importante relación que surgió entre ambos lugares: a veces enemigos, a veces socios comerciales, pero siempre vecinos.

Pero lo que realmente atrae el turismo a estas tierras no es el castillo de Sanabria, sino el Lago de Sanabria, la mayor masa de agua de origen glaciar de la península y que se sitúa entre los municipios de Galende, Cobreros, Trefacio y Porto. Hoy en día su aprovechamiento turístico es una importante fuente de ingresos para los municipios ribereños, que lo han dotado de playas, instalaciones tales como baños públicos y hasta un catamarán para travesías por sus aguas.

Se trata de la mejor zona de España para estudiar el fenómeno del glaciarismo, y por eso no es raro ver misiones científicas explorando sus orillas y sus fondos, tan ricos de misterios... y de tragedias.

En algún lugar deben estar los restos de muchos de los vecinos de Ribadelago, una aldea que casi fue borrada de la faz de la tierra por la rotura de la presa de Vega de Tera, que se llevó a 144 de sus 549 habitantes, recuperándose tan sólo 28 cuerpos, y dando origen a una campaña solidaria de rango internacional.

Tiene algo de irónico lo que pasó a continuación. Veréis, Ribadelago fue fundado durante la Reconquista por colonos cristianos que venían de Córdoba huyendo de las persecuciones a que eran sometidos por los musulmanes.

Bien, pues cuando se construyó Ribadelago Nuevo, o de Franco, en honor al magnánimo dictador que con su generosidad financió su construcción (a cuenta del presupuesto del Estado) se hizo la cagada de basarlo en el típico pueblo andaluz... lo que está completamente fuera de lugar aquí, en plena montaña de Sanabria. Y encima el emplazamiento fue muy criticado por los habitantes porque al parecer es una zona sombría y húmeda. Y además los responsables del hundimiento se fueron de rositas y la empresa eléctrica parece ser que nunca pagó las indemnizaciones. De traca, vaya. Typical spanish.

El Mapa
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Del Gêres al Lago de Sanabria (I): De Terras de Bouro a Chaves y Verín

lunes, 8 de agosto de 2011

Albufeira da Caniçada (Terras de Bouro, Portugal)
Albufeira da Caniçada


A seca en Montalegre (Trás-os-Montes, Portugal)
Albufeira de Venda Nova


Casa do Concelho (Chaves, Portugal)
Casa do Concelho, Chaves


Ponte romana de Chaves (Alto Trás-os-Montes)
Ponte romana de Chaves


Castelo de Chaves (Trás-os-Montes, Portugal)
Castelo de Chaves


Castelo de Monterrei (Ourense, Galicia)
Castelo de Monterrei


Castelo de Monterrei (Ourense, Galicia)
Castelo de Monterrei


Esta ruta es una extensión de las dos anteriores, en las que habíamos recorrido las sierras de A Peneda y Gêres. Con esto se cierra (hasta cierto punto, queda mucho por ver) una ruta mayor que va casi siguiendo la frontera desde Viana do Castelo hasta el final del recorrido de hoy.

Vamos a iniciar el recorrido en Río Caldo, cerca del final de la ruta anterior, y en lugar de tomar la dirección de la frontera española por Vilar da Veiga y Vila do Gêres, seguiremos la carretera que une Chaves con Braga, lo que nos va a llevar por una carretera extremadamente llena de curvas. Tiene el tamaño de una carretera nacional española, pero muchísimas curvas. Tantas que llega a aburrir (de hecho, tiene su influencia en la segunda parte de esta ruta).

Lo bueno de este tramo, casi siempre en ascenso, es que tendremos la oportunidad de ver increíbles vistas sobre los valles y sobre los embalses que se construyeron en esta zona y que representan un porcentaje bastante apreciable de la capacidad de generación eléctrica del país.

Al igual que en el caso de Galicia, esta enorme explotación de sus recursos naturales no se nota después tanto a la hora de las inversiones, siendo el norte portugués una zona no ya deprimida económicamente, si no directamente discriminada a la hora del reparto presupuestario o a la hora de efectuar recortes. En efecto, el norte portugués ha sido el primer lugar donde el gobierno luso ha convertido las autovías en vías de peaje... lo cual para una región que depende mucho del comercio con España significa una reducción de ingresos importante. Luego los portugueses del norte emigran... normal.

Antes decía que lo bueno de esta ruta es que tiene unas vistas estupendas. Lo malo es que casi ninguna de ellas puede ser disfrutada con el coche parado. A la hora de construir las carreteras no se dejó espacio ni para miradores, ni para pequeñas áreas de descanso que un conductor agotado pueda aprovechar. En una carretera como esta un área de descanso salva vidas.

La carretera continúa evolucionando por toda esta zona de montañas, dándonos preciosas vistas sobre la Albufeira da Caniçada, que es la que cruza Río Caldo, la de Salamonde y la de Venda Nova. Por esta zona parece que están construyendo un túnel de varios kilómetros al que no le veo mucho sentido, ya que no parece ahorrar gran cantidad de tiempo o distancia sobre el trazado actual, así que cuando esté construido, yo recomendaría ir por la vieja carretera para poder disfrutar del paisaje. Al fin y al cabo, estamos de ruta.

En los años de sequía los embalses presentan un aspecto bastante feo. Sólo os pongo una foto bastante reveladora, pero tengo otras donde se ve que la mengua de superficie inundada es muy importante.

Otra cosa interesante que hay por aquí es el Ponte da Misarela o Ponte do Diabo. Sólo la vi en carteles y fotos pero tiene muy buena pinta. Me di cuenta de los carteles cuando ya me había pasado unos cuantos kms del sitio y no me apetecía dar la vuelta.

El siguiente embalse es del de la Albufeira do Alto Rabagão, muy cerca de una ruta que ya habíamos hecho, la de Montalegre y Pitões das Júnias. Esta albufeira parece un pequeño mar y hasta parece que tiene alguna explotación piscícola (desde el coche y desde lejos parecían bateas).

Y por fin llegamos a Chaves, nuestra primera parada de la ruta. Se trata de una ciudad con una historia antiquísima, anterior incluso a la llegada de los romanos. Pero fueron ellos los que la situaron en el mapa con el nombre de Aqua Flaviae y aún hoy Chaves posee un interesante legado de tiempos del imperio, como el puente con sus miliarios o las termas. Asimismo, de los tiempos de las guerras con España tenemos el fuerte de São Francisco, convertido hoy en hotel, o el castillo, que hoy es un museo y posee unas vistas estupendas sobre la comarca. Y por supuesto, se puede dar un paseo por su centro histórico, magníficamente conservado o por el parque que han construido a orillas del Támega.

Llegados a este punto, cruzar la frontera e ir al castillo de Monterrei, al lado de Verín no es mala idea, aunque sólo sea para visitar al rival del castillo que acabamos de ver. El castillo de Monterrei queda en lo alto de un pico que le da una vista excepcional sobre la comarca circundante y tiene también una historia amplia y muy interesante, más incluso desde el punto de vista cultural, que militar (a pesar de las muchas batallas aquí libradas). Y es que en este castillo, entre otras cosas, operó la primera imprenta de Galicia.

Vamos a dejar la ruta por aquí para no hacer el artículo demasiado largo. En la siguiente entrega, recorreremos Vidago, las tierras que van hacia Murça, Bragança, el Montesinho y Sanabria, ya en España.

El Mapa
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