Serra de Tramuntana (IV): Valldemossa

domingo, 7 de diciembre de 2014

La Cartuja de Valldemossa (Mallorca, España)
Cartuja de Valldemossa


Sant Bartomeu de Valldemossa (Mallorca)
La Cartuja


Cruce de Caminos (Valldemossa, Mallorca)
Cruce de Caminos


Palau del Rei Sanxo (Valldemossa, Mallorca)
Palau del Rei Sanxo


Valldemossa (Mallorca, España)
Ciudad Vieja


Más plantas (Valldemossa, Mallorca)
Ciudad Vieja


Calles de Valldemossa (Mallorca, España)
Cerca de la Cartuja


La Serra de Tramuntana es Patrimonio de la Humanidad por sus valores paisajísticos, pero también por su huella humana. Lugares como Valldemossa, con su hermosa arquitectura, contribuyen notablemente a que haya conseguido esta distinción.

Tal vez no tan conocida como Sóller o Deià, y desde luego menos que Formentor, Valldemossa se ubica en un entorno privilegiado y con un clima tan benigno que alguno de los reyes de Mallorca la tuvieron como una de sus residencias preferidas, sobre todo durante los meses más calurosos.

De estas estancias reales quedan algunos edificios y todo lo que es y fue el recinto de la Cartuja de Valldemossa un enorme edificio, incompleto, que se encuentra en la parte alta de la villa, rodeada de jardines.

La Cartuja original se construyó por deseo de Jaime II, que la construyó para su hijo Sancho. Más tarde uno de sus sucesores, Martín el Humano, entregó todas las posesiones de la corona en Valldemossa a los monjes cartujos, cuyo nombre ha pasado al edificio, menos la parte conocida como Palau del Rei Sanxo.

Hoy en día la Cartuja es un museo y sirve de dinamizador para las numerosas actividades culturales del municipio.

Pero la historia de Valldemossa empieza mucho antes, durante la ocupación musulmana de la isla, aunque se supone habitada desde antes. El topónimo Valldemossa sería la evolución a lo largo del tiempo del primitivo nombre de "Valle de Muza", quien habría sido el señor de estas tierras.

Aunque normalmente se habla de Valldemossa por las grandes figuras del pasado que vivieron temporalmente aquí, si hay alguien a quien los lugareños dan importancia es a Santa Catalina Tomás, la única santa mallorquina y que nació y se crió en estas tierras, aunque finalmente falleciese y fuese sepultada en Palma de Mallorca, donde aún permanece su tumba.

Paseando por las calles de Valldemossa es fácil ver que en las calles de la parte vieja de la villa se encuentre una plaquita en la puerta de su casa para solicitar su protección.

Me gustó mucho el paseo y el contraste entre la parte más cercana a la Cartuja, mucho más amplia, abierta y recta, y la parte más antigua y popular, con esas callejuelas que se adaptan al terreno y se entrecruzan en un aparente caos que no lo es tanto para los lugareños.

Esta arquitectura es lo que hace que la villa tenga la fama y el turismo que tiene. Hacer buena arquitectura y mantenerla ha sido el secreto del éxito de la ciudad y es el mayor atractivo y reclamo, junto con el espectacular paisaje que la rodea.

Al igual que Deià,Valldemossa siempre ha tenido una relación muy especial con el arte y fue lugar de refugio, residencia o destierro para artistas tan reconocidos como Chopin, que compuso aquí sus "Preludios op. 68" y su entonces pareja George Sand, que escribió mientras tanto "Un invierno en Mallorca".  La razón de su estancia era buscar un clima más benigno para la enfermedad de Chopin, que allí sería diagnosticado de tuberculosis.

Otros ilustres residentes temporales fueron Miguel de Unamuno, Azorín, Rubén Darío y Jovellanos.

Aún hoy numerosos pintores viven, trabajan y tratan de vender sus obras en pequeños talleres por toda la ciudad, sobre todo en los alrededores de la Cartuja.

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Cala S'Almonía y Caló des Moro (Santanyí, Mallorca)

sábado, 15 de noviembre de 2014

Una barca en Cala S'Almonía (Santanyí, Mallorca)
Cala S'Almonia


Cala S'Almonía (Santanyí, Mallorca)
Cala S'Almonia


Vuelo sin motor en Santanyí
Cala S'Almonia


Caló des Moro (Santanyí, Mallorca)
Caló des Moro


Caló des Moro (Santanyí, Mallorca)
Caló des Moro


Salida del Caló des Moro (Santanyí, Mallorca)
Salida del Caló des Moro


Uno de los puntos fuertes de Mallorca son sus muchísimas calas. Nada que ver con la archifamosa playa de S'Arenal o de Magaluf donde tantos turistas se apiñan sin conocer nada más de la isla. Pero precisamente por su abundancia a veces se hace difícil escoger cuáles visitar.

Afortunadamente tengo el privilegio de tener dos amigos, Maribel y Ernest, que conocen muy bien la isla y me guiaron estupendamente tanto en persona como en papel.

El día en que me alquilé un coche y me puse a explorar en solitario todo lo que ellos no pudieron enseñarme una de las cosas que me apuntaron para ver fue este pequeño rincón del municipio de Santanyí, que tiene una de las costas más bonitas de la isla, que ya es decir.

Cala S'Almonía y el Caló des Moro están en una finca privada cuyos dueños afirman, en la cartelería que hay en el lugar, haberla comprado para salvarla de la especulación urbanística que había planeado la construcción de un hotel en sus terrenos.

A cambio de permitir el paso de las personas lo único que exigen a los visitantes es mantener limpio el lugar y no fumar ya que, al parecer, un descuido provocó un incendio pocos años después de su adquisición.

El terreno está muy bien cuidado, con repoblación de diferentes especies vegetales autóctonas buscando que el lugar sea más y más verde. No tengo ni idea de como era al principio, pero la verdad es que ahora hay bastante vegetación.

Para visitar Cala S'Almonía puede bajarse por la finca o por unas escaleras bastante empinadas desde al lado de una casa y que cruzan un pinar. Personalmente prefiero las escaleras porque la vista al bajarlas es grandiosa y casi inesperada, mientras que al bajar por la finca tienes un descubrimiento mucho más gradual de los atractivos del lugar.

La cala tiene dos pequeños arenales, uno cerca de las escaleras y otro cerca de las pequeñas edificaciones de pescadores al lado de un acantilado. Ninguno de los dos estaba muy concurrido cuando fui yo, posiblemente debido a la competencia del Caló des Moro, que tiene mucha más fama (y arena).

Justo al lado del arenal de los pescadores hay algo que llama la atención, un agujero excavado por el mar en la roca a través del cual alguna gente se tiraba al agua. Tuve la suerte de poder hacer alguna foto (y que saliese bien).

El Caló des Moro es una de las playas más conocidas de Santanyí. Se trata de un largo brazo de mar que se cuela en tierra y remata en un pequeño arenal, muy bien protegido de los vientos y que sufre de aglomeración. No llegué a bajar, pero tampoco es que hubiese mucho sitio para poner las toallas. Visto que está orientado al este creo que lo indicado es ir bien temprano para elegir sitio.

Por el lado derecho hay un pequeño cabo por el cual transcurre un pequeño sendero desde el que hay muy buenas vistas de todo el Caló y también de la salida del mismo y de los barquitos que fondean por aquí.

Hablando de senderos, hay rutas de senderismo que comunican Cala S'Almonía y el Caló des Moro con Cala Marmols o la vecina Cala Llombards. Si vuelvo a visitar esta zona, que espero que sí, me encantaría hacer la de Cala Marmols, que es una cala que no he visitado.

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Serra de Tramuntana (III) - Deià (Mallorca, Islas Baleares)

domingo, 9 de noviembre de 2014

Llegando a Deià (Mallorca, España)
Llegando a Deià


Desde la iglesia de Deià (Mallorca)
Vista desde la iglesia de Deià


Cañones de Deià
Cañón en la iglesia


Monique Soleres
Recuerdo en el cementerio


Paisajes Élficos (Deià, Mallorca)
Deià


Bajando a Cala Deià (Mallorca, España)
Bajando a Cala Deià


Cala Deià
Cala Deià


Uno de los atractivos de la comarca de la Serra de Tramuntana, más allá de los paisajes y calas como la de Sa Calobra, son sus pueblos, exquisitamente conservados con su arquitectura tradicional.

Y de entre estos uno de los que más destaca es Deià, lugar de retiro de numerosos artistas y una villa entregada a las diferentes ramas del arte, desde que a partir de los años 60 y 70 del siglo XX estos empezaron a llegar y, en muchos casos, establecerse en esta hermosa población.

Pruebas de esta fructífera relación de Deià con el arte son sus numerosos museos: el arqueológico, la casa de Robert Graves (tal vez el más conocido de sus residentes y autor de novelas como Yo, Claudio), Son Marroig, el del pintor Norman Yanikun, el Parroquial o la finca del Archiduque Luis Salvador de Habsburgo. Nada mal para una localidad cuya población de derecho era de 755 personas en 2009. La de hecho es sensiblemente mayor y se estima en unas 850 personas.

Es fácil ver por qué Deià ha ejercido esta atracción hacia estos artistas. Sus paisajes, su clima, la maravillosa arquitectura tradicional de sus casas, dominios y mansiones, su posición elevada sobre el mar, al que se abre y la poderosa presencia del Teix, la segunda mayor montaña de la isla, componen un entorno natural incomparable.

Y además Deià es una localidad poco accesible por carretera, ya que hay que venir bien por Valldemossa, bien por Sóller, a través de carreteras llenas de curvas que hacen que muchos turistas se lo piensen dos veces antes de abandonar sus hoteles en la zona de Palma o Magaluf. Y los que llegan son en buena parte turistas que vienen motivados a conocer la idiosincrasia del lugar o que también tienen inquietudes artísticas.

También es común entre los artistas que viven o visitan Deià querer tener su tumba, o al menos un recuerdo, en el cementerio de la localidad, con multitud de lápidas con nombres extranjeros.

Pero a la vez que han querido pasar la eternidad en Deià muchos de ellos también han hecho a Deià inmortal en sus obras, ya que muchas obras de teatro, novelas o poesías están ambientadas en el municipio.

Actualmente es lugar de residencia habitual de gente como el actor Pierce Brosnan o una de las hermanas Corr, del grupo de pop irlandés The Corrs.

Deià tiene una historia antigua y se sabe que su término municipal ha estado habitado desde tiempos prehistóricos, aunque el actual núcleo poblacional tiene su origen bastante más tarde, durante la ocupación árabe. Fue en este momento cuando se empezaron a construir las terrazas y los sistemas de riego que sirvieron de precursores a los que se utilizan hoy en día.

Tampoco se libró Deià de las incursiones piratas, y se sabe que hubo varias torres de defensa e incluso la iglesia fue fortificada. De esta época procede el cañón que se encuentra en su recinto.

En cuanto al entorno natural, Deià es una transición bastante abrupta desde el mar, donde Cala Deià, con sus casitas de pescadores reconvertidas en restaurantes y chiringuitos playeros es uno de los puntos más destacables, hasta lo alto del Teix.

Y entre ambos una pequeña zona más suave y con terrazas donde se cultivan, entre otras cosas, cítricos y olivos y donde se asienta el casco urbano, coronado por la iglesia y rodeado de casas y mansiones que hacia las afueras están rodeadas de preciosos jardines que le dan un aspecto de paraíso como pocas veces he visto en España.

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El castillo de Ayub (Calatayud, Zaragoza)

jueves, 30 de octubre de 2014

Castillo de Ayub, Calatayud (Zaragoza, España)
Castillo de Ayub, Calatayud


Acceso a la entrada
Acceso a la entrada


El Castillo Mayor (Calatayud, Aragón)
El Castillo Mayor


La puerta más vieja de Al-Ándalus (Calatayud, Aragón)
La puerta más vieja de Al-Ándalus


Por detrás del castillo (Calatayud, España)
Lado norte


Camino a Soria (Calatayud, España)
Camino a Soria


Calatayud (Aragón, España)
Calatayud desde el castillo (lado sur)


Calatayud es una de esas ciudades que mucha gente conoce debido a lo sonoro de su nombre y a su presencia en la historia pero pocos, fuera de su entorno, sabrían situar en un mapa. Pocos saben que fue el primer ayuntamiento que adoptó la constitución española de 1978, un día antes que el resto porque hubo un acto con presencia del Rey Juan Carlos I o que aquí se constituyeron las primeras Cortes de Aragon.

Pero Calatayud tiene una larga historia desde la próspera Bílbilis hasta la llegada de los árabes que construyeron el castillo que le da nombre: el Castillo de Ayub o Castillo Mayor. En esta época fue una de las principales poblaciones de la España musulmana y durante la época de las taifas llegó a ser capital de una por algo menos de una década.

Este castillo protegió a sus tierras contra aragoneses, castellanos, musulmanes y más adelante contra franceses y terminó su utilidad defensiva durante las Guerras Carlistas durante las cuales llegó a ordenarse su destrucción. Felizmente la orden fue incumplida y ha podido llegar hasta nuestros días.

Desde lo alto de sus murallas hay unas vistas estupendas de la comarca circundante, árida al norte y verde al sur, por donde se prolonga el valle del Jiloca, que muere en el del Jalón, además de la mejor vista posible de Calatayud.

Aunque el castillo está en estado ruinoso sus muros han sido consolidados y se ve una preocupación por parte de sus responsables de mantenerlo: la maleza ha sido retirada, los senderos están marcados y lo comunican conel casco urbano de Calatayud . Y por la noche le han puesto una iluminación que lo hacen destacar allá en lo alto.

Una cosa más digna de mención es esa puerta árabe que aparece en una de las fotos que acompañan a este post. Se trata la llamada Puerta Emiral y que es el elemento arquitectónico más antiguo de España de cuantos nos han legado los árabes. Cuando pasé a su lado no tenía ni idea y me enteré más adelante, cuando subí las fotos a flickr y estaba investigando.

Es una pena que con toda su historia y toda su relevancia pasada poca gente sepa siquiera que Calatayud tiene este patrimonio tan  importante.

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Serra de Tramuntana (II) - Sóller (Mallorca, Islas Baleares)

domingo, 12 de octubre de 2014

Avinguda de Cristófol Colom (Sóller, España)
Av. Cristófol Colom y S. Bartomeu


Ajuntament de Sóller (Mallorca, España)
Ajuntament de Sóller


Torrent de Sóller (Mallorca, España)
Torrent de Sóller


El tren de Sóller
Ferrocarril de Sóller


Un tranvía de Madera (Sóller, Mallorca)
Tranvía de Sóller


Calle en Biniaraix
Calle en Biniaraix


El Valle de Sóller desde Biniaraix
Valle de Sóller desde Biniaraix


Sóller tal vez no sea la población más conocida de la isla de Mallorca, pero sin duda es una de las más bellas e interesantes y capital de una de las comarcas más bonitas de España: la Serra de Tramuntana, cuyos valores culturales, etnográficos y paisajísticos le han valido ser considerada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El principio del siglo XX fue una época de gran prosperidad para Sóller, que se convirtió en uno de los grandes motores de la isla y que la dotó de servicios que eran impensables para una villa de su tamaño. Nada mal, teniendo en cuenta que geográficamente es un municipio con unas comunicaciones viarias dificilísimas y que no se han normalizado hasta finales del siglo XX.

Esta prosperidad era consecuencia de las dos grandes industrias sollerenses: el textil y la exportación de cítricos. Tal era la importancia de los mismos que aún hoy se conoce al Valle de Sóller como el "Vall des Taronges", el valle de las naranjas.

Como testimonio de esa prosperidad queda su hermoso casco urbano, de calles pequeñas bordeadas de casas grandes, altivas y con una bellísima arquitectura.

Y también la urbanización de la Plaça de Sa Constitució, centro de la ciudad donde se encuentran su magnífica Iglesia de Sant Bartomeu, el monumento más importante del lugar y el nada pequeño edificio consistorial.

Más que recomendar lugares puntuales de la ciudad os puedo recomendar pasearse por ella, sobre todo en el eje Avinguda de Cristófol Colom, Plaça de Sa Constitució y Carrer de Sa Lluna, donde se encuentra el centro de actividad comercial. Y sin olvidar ir a la estación, a dos pasos del ayuntamiento, donde se enlazan el ferrocarril y el tranvía, que de hecho pasa por la plaza y la avenida.

La mayor peculiaridad del tranvía de Sóller es que está carrozado en madera desde su puesta en marcha y, de hecho, sus vehículos acumulan muchas décadas en servicio, con lo cual el tranvía es una centenaria pieza de museo en perfecto estado de revista que ha unido Sóller con Port de Sóller desde 1913.

No es un trayecto muy largo, puesto que el Port de Sóller está a menos de un kilómetro del casco urbano de su capital y mucha gente prefiere hacerlo a pie o en bicicleta, lo que hace un poco incomprensible que no haya un carril bici que las una.

Port de Sóller, por cierto,  es una de las mejores playas de la Serra de Tramuntana, y que tiene unas vistas magníficas desde su faro y desde la atalaya que hay enfrente del mismo, al otro lado de la bahía. Los fines de semana estivales hay mercadillo, tanto por la mañana como por la noche.

Y si famoso es su tranvía de madera, más famoso es el ferrocarril de madera de Sóller. Puesto en marcha por la misma compañía del tranvía un año antes, en 1912, es uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad y une Sóller con Palma de Mallorca en alrededor de hora y media. El precio es de más de 20 euros para no residentes y mucho más económico para residentes.

Esta misma política se sigue en el Túnel de Sóller, que comunica a la ciudad con la capital insular. El Túnel evita a los vehículos que entran o salen del valle tener que subir el temible puerto por el que transita la vieja carretera, con curvas cerradísimas y de escasa visibilidad y que es muy apreciado por los ciclistas. Si vais por aquí es gratis, pero cuidado con ellos. El precio del túnel de Sóller, si preferís circular por él, es de algo más de cinco euros para no residentes y de un euro y pico para residentes.

Pero Sóller no es solo lo que hemos visto. Todo el valle es precioso y hay rutas de senderismo que lo recorren y otras que se adentran en la Serra de Tramuntana o van siguiendo la costa hacia la vecina Deià.

Las rutas más recorridas, por su suavidad y distancia son las que unen Sóller con una pequeña localidad del municipio que merece la pena visitar, Biniaraix, y con el vecino municipio de Fornalutx, hasta el siglo XIX parte de Sóller. Ambas merecen mucho la pena por su magnífico estado de conservación, sin elementos extraños que las desvirtúen.


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Islas Cíes (Vigo, Pontevedra)

viernes, 12 de septiembre de 2014

Praia de Rodas (Illas Cíes, Galicia)
Praia de Rodas


Lagoa de Rodas (Illas Cíes, España)
Laguna de Rodas


Pasarela entre Islas (Illas Cíes, Galicia)
Pasarela entre Islas


Area de Nosa Señora (Illas Cíes, Vigo)
Area de Nosa Señora


El Muelle (Illas Cíes, Vigo)
El Muelle


Dende o Faro (Illas Cíes, España)
Vista desde el faro (al norte)


San Martiño (Illas Cíes, España)
Illa de San Martiño


Cabo Home (Cangas do Morrazo, España)
Illas Cíes desde Cabo Home


Una de las joyas de Galicia son las Illas Cíes, situadas en la boca de la Ría de Vigo, a la que sirven de protección contra los vientos, las corrientes y algunos episodios como la marea negra del tristemente célebre Prestige.

Las Illas Cíes son tres (Norte o Monteagudo, Faro y Sur o San Martiño), aunque mucha gente opina que en realidad se trata de dos al estar unidas las dos más septentrionales unidas por una pasarela de piedra y por el arenal de la Praia de Rodas, así que eso se deja al criterio de cada uno.

Geológicamente hablando, las Illas Cíes son el resultado del hundimiento de los valles costeros gallegos, siendo cumbres de una sierra que se prolonga por lo que hoy conocemos como el Morrazo, y que presentan una cara suave hacia el interior y una mucho más dura y acantilada hacia mar abierto. Así se aprecia el papel de rompeolas natural que las islas juegan y que hacen de la Ría de Vigo una de las más seguras para el abrigo de los buques durante los temporales del invierno.


Pobladas desde tiempos remotos, las Cíes han formado parte de la gran historia del mundo casi desde el principio, puesto que muchos creen que se trata de unas las famosas Islas Casitérides que eran objeto de deseo por parte de los fenicios debido a sus yacimientos de estaño. También los romanos  pasaron por aquí, siendo el más conocido de sus visitantes un tall Julio César que daría mucho que hablar unos años después.

Hogar de unos pocos agricultores y sede de varios de monasterios, el hecho de haber sido escogida como base de operaciones por piratas normandos, turcos y británicos y su natural aridez la llevaron una y otra vez al despoblamiento.

Desde hace unos años y como medida para frenar la presión que los numerosos visitantes ejercían sobre el delicado ecosistema de las Cíes, las Illas forman parte del Parque Nacional das Illas Atlánticas de Galicia y ha restringido el número de visitas a 2200 al día.

Estos visitantes vienen atraídos sobre todo por las bellísimas playas de la isla, como la nudista de Figueiras o la archiconocida Praia de Rodas, que en 2007 fue considerada por el diario inglés The Guardian como la mejor del mundo. En Vigo les hizo tanta ilusión que hasta he visto alguna señal donde se reseña esta circunstancia.

Las playas

Rodas es la playa más cercana al embarcadero en el que atracan los barcos procedentes de Vigo, Baiona, Cangas... Es muy recomendable hacer la compra del billete antes del día de viaje ya que, debido a las restricciones, existe el riesgo de quedarse en tierra.

Volviendo a Rodas, se trata de una larga  y ancha (para el estándar gallego) playa de arena finísima que une las Illas do Faro y Monteagudo y que tiene una pequeña laguna que en marea alta se comunica con el mar por la pasarela de piedra y en cuyas aguas está prohibido bañarse para recuperarla de la degración que llegó a sufrir.

Para ir a Figueiras hay que salir del embarcadero hacia el camino y luego girar a la derecha, rodeando las dunas y caminar algo más de cien metros hasta que se abre frente a nosotros en toda su esplendidez. Desde aquí hay vistas hacia la zona de Cabo Home, que ya hemos visto en otro artículo. Como tantas otras playas nudistas de Galicia su difícil acceso en tiempos donde no había tolerancia hacia esta modalidad de baño fue lo que le dio su público actual.

En el sur de la Illa do Faro hay algunas playas más a las que se accede desde el camino que lleva al Faro desde el embarcadero. Son playas muy bonitas, con buena afluencia de gente y buenas vistas a la Illa de San Martiño.

Y en San Martiño hay otra playa nudista, pero a la isla sólo se puede acceder en barco particular y solicitando permiso, si no recuerdo mal.

Y un aviso para los no gallegos: el agua de estas playas es bastante fría. Aunque parezca el Caribe por el color y transparencia de las aguas... no lo es. Eso si, vigoriza.

Senderismo

Otra de las actividades que atraen a los visitantes es el senderismo, existiendo numerosos caminos que recorren las dos islas del norte y de los cuales no puede salirse para no dañar a la fauna y la flora, que tienen numerosos endemismos. Estos caminos tienen restricciones de paso temporales durante la época de cría de las gaviotas, a finales de primavera y principios de verano, ya que estas se vuelven agresivas ante la presencia humana cerca de los gaviotines.

En la caseta que hay a la entrada del parque deberían poder facilitaros mapas con las rutas e indicaros si hay alguna que esté cortada en ese momento.


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Cabo Home y la Costa da Vela (Cangas do Morrazo, Pontevedra)

domingo, 17 de agosto de 2014

Paseos por Aldán (Cangas do Morrazo, Pontevedra)
Porto de Aldán


A Ría de Aldán (Cangas do Morrazo, Pontevedra)
Ría de Aldán


Cruceiro de Hío
Cruceiro de Hío


Vigo desde Barra (Cangas do Morrazo)
Vigo desde Barra


Cabo Home (Cangas do Morrazo, España)
Illas Cíes


Melide (Cangas)
Praia de Melide


Faro de Cabo Home (Cangas do Morrazo, Pontevedra)
Faro en Cabo Home


Cabo Home, Cangas do Morrazo (Pontevedra)
Faro en Cabo Home


Uno de mis lugares preferidos de Galicia es la zona de Cabo Home y la Costa da Vela, en el concello pontevedrés de Cangas do Morrazo, justo en la orilla norte de la Ría de Vigo.

Es una zona de gran belleza, con muchas playas, algún puerto y hasta varios medallistas olímpicos que se entrenan en Aldán, una parroquia canguesa que posee y da nombre además la más pequeña de las Rías Baixas. En Aldán se encuentra también un pequeño castillo que, al parecer, comenzó a construirse como lugar de juegos para unos niños... o eso me han contado.

Adentrándonos más en la península donde se encuentran Donón y Nerga podemos recorrer su costa más interior, viendo las ruinas industriales de lo que fue la Conservera Curvera o llegar hasta el final de la carretera y ver las playas de Areabrava y un par de pequeñas calas a las que se puede llegar a partir de pistas abiertas en el monte, estando una de ellas al lado de una vieja conservera hoy reconvertida en establecimiento hotelero, muy cerca de la Punta de Couso.

Estas pistas dan también servicio a casonas y a auténticas mansiones edificadas en la espesura, teniendo unas vistas privilegiadas y una integración con el entorno poco común (por desgracia) en Galicia.

Volviendo sobre nuestros pasos llegamos al cruce que nos lleva a Nerga y Donón, bajando en primer lugar al primero de estos dos núcleos y que cuenta con una playa muy bonita y donde todavía es posible ver barcas varadas en la arena.

Este arenal se prolonga en los nudistas de Barra y Viñó, rodeados de un cordón dunar que hace décadas que fue fijado por un bosque de pinos. Estos dos arenales son dos de las playas más bonitas de España, con las Islas Cíes justo enfrente. A pesar de ser playas nudistas tienen un grado de ocupación notable, sobre todo en la parte más próxima al aparcamiento.

Desde Viñó hay una pequeña senda que te lleva a Cabo Home y a sus faros, que marcaban a los muchos barcos que entran y salen del puerto de Vigo la ubicación del cabo y de sus costas, muy peligrosas para la navegación. De hecho, para salir hacia el norte desde Vigo hay que pasar por un estrecho entre el Cabo y la isla norte de las Cíes

En esta zona está también la playa de Melide, en tiempos nudista y hoy más convencional. Es un arenal amplio y de aguas tranquilas con vistas hacia el sur de la ría y también hacia las Cíes, omnipresentes en toda la Costa de la Vela.

Una pista de tierra une la playa con Donón, donde hay un mirador marcado por una estatua, con una forma que recuerda vagamente a las caracolas, que es muy fotografiada durante la puesta de sol.

Y nos despedimos de esta zona echando un ojo al mirador del Monte Facho, antiguo castro donde periódicamente se hacen excavaciones arqueológicas y desde donde se ve un fantástico panorama de Cabo Home, las Illas Cíes y la Ría de Vigo hacia el sur y de Ons y la salida de la Ría de Pontevedra hacia el Norte.

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