Belchite, Zaragoza (Aragón)

domingo, 20 de diciembre de 2015

Puerta de Belchite (Zaragoza, España)
Entrada de Belchite


Calle Mayor de Belchite (Zaragoza, España)
Calle Mayor de Belchite


Iglesia de San Martín de Tours (Belchite, Zaragoza)
Iglesia de San Martín de Tours


Iglesia de San Martín de Tours (Belchite, Zaragoza)
Iglesia de San Martín de Tours


Iglesia de San Martín de Tours (Belchite, Zaragoza)
Iglesia de San Martín de Tours


Iglesia del Convento de San Agustín (Belchite, Zaragoza)
Iglesia de S. Agustín


Belchite (Zaragoza, Aragón)
Iglesia de S. Agustín


He oído hablar de Belchite desde que era niño y como soy aficionado a la historia siempre lo tuve como una visita pendiente, hasta este año. Lo que fue una joya de la arquitectura y del urbanismo mudéjar se convirtió en el símbolo de otras cosas.

Belchite, según los guías, era una ciudad cerrada de forma que se pudiese aislar del exterior en tiempos de epidemias, dejando tan sólo pasar a aquellos que estuviesen sanos. Esta característica fue parte también de los problemas que tuvo durante la Guerra Civil Española de 1936-39.

Situada en pleno teatro de operaciones de la Batalla del Ebro, Belchite fue tomada por el autodenominado bando "nacional" y fue sitiada y duramente atacada por parte de las tropas leales a la república. El asedio tanto para los ocupantes como para los habitantes que habían permanecido entre sus muros fue terrible, y los francotiradores obligaron a los sitiados a abrirse camino rompiendo los tabiques que separaban una casa de su adyacente. Un viejo pozo de la localidad, ya seco, sirvió como improvisada fosa común para aquellos que fueron abatidos.

Los sucesivos combates, bombardeos y demoliciones afectaron enormemente a las casas y templos que había en Belchite, que quedó en un estado de ruina. Tras la toma los republicanos apenas resistieron el primer intento de sus enemigos por recuperarla y pronto quedó bajo el control de los sublevados, esta vez de forma definitiva.

Tras la guerra, y a pesar de haber prometido su reconstrucción, Franco decidió convertir a Belchite en un símbolo de la barbarie de las tropas republicanas, así que ordenó la construcción del Pueblo Nuevo y prohibió toda reparación sobre el llamado pueblo viejo.

Y pasó lo que tenía que pasar: los vecinos fueron expulsados del viejo pueblo por la política y las circunstancias. Incluso aquellos que no pudieron comprar una de las viviendas del Nuevo Belchite tuvieron que irse ante la amenaza de desplome.

Hoy en día Belchite sirve tanto como lección de los desastres de la guerra, como muestra de lo que le pasa a un pueblo construido en barro y adobe cuando lo dejas durante décadas sin mantenimiento: buena parte de lo que un día fue un próspero pueblo, que llegó a tener su propia orden de caballería durante la Edad Media, hoy es un conjunto de montones de barro y madera distribuidos por una planicie. Incluso las dos plazas principales del pueblo hoy tienen más aspecto de descampado que de centro de la vida social de la vieja villa.

Si lo preferís, sirve como lección de lo poco que interesa en España la historia y la conservación apropiada del patrimonio, más allá de las atracciones más visitadas y reconocidas en los mayores centros de población. Belchite nos recuerda cosas que incomodan, nos habla de lecciones que nadie quiere aprender. No queda bien en fotos y no atrae al turismo de masas. Por tanto su conservación no es prioritaria.

Si podéis id a visitar Belchite: cualquier año de estos deja de existir definitivamente. De alguna forma la prohibición por parte de Franco de tocar el pueblo continúa en forma de falta de fondos para consolidar lo poco que aún se conserva del mismo.

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Calatañazor, Soria (Castilla y León)

domingo, 6 de diciembre de 2015

Calatañazor (Soria, España)
Calatañazor, Soria


Calle Mayor de Calatañazor (Soria, España)
Calle mayor


Calatañazor (Soria, España)
Soportales y torre de la iglesia


Castillo de Calatañazor (Soria, España)
Castillo de Calatañazor


Calatañazor desde el Castillo (Soria, España)
Calatañazor desde el Castillo


Hace años, en un viaje que me llevó hasta Castellón, decidí hacer la vuelta por lo que medio en serio, medio en broma, se conoce como la "Laponia española". Esa zona entre Aragón y Castilla y León que toca un poco de la Comunidad Valenciana y en el que la densidad poblacional es inferior a la de la Laponia original.

Vi muchas cosas interesantes y me dejé unas cuantas más. Calatañazor, una población de la provincia de Soria, fue una de esas cosas. Cansado como estaba y con cientos de kilómetros hasta Galicia y con muchas horas por delante, decidí que no merecía la pena pararse a investigar.

Así que lo hice al llegar a casa y me di cuenta de que había cometido un error ya que Calatañazor está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España.

Así que la siguiente vez que pasé por la zona su nombre estaba marcado en rojo dentro de mi ruta.

Y bueno, yo no la metería en esa famosa lista de pueblos más bonitos de España, pero merece la pena conocerla, aunque sólo sea por ver la arquitectura que aún se conserva en su calle principal y las vistas de la comarca que se tienen desde los restos del castillo y las murallas, en un estado de conservación mejorable.

Lamentablemente y como suele pasar, la conservación del patrimonio no siempre es una prioridad para quienes gobiernan y sitios como este, que viven de él, lo necesitan como el respirar. Una forma de fijar población en esta zona tan despoblada es precisamente cuidar esta clase de detalles.

En cuanto al pueblo en sí, hay que reconocer que el ayuntamiento y los habitantes ponen todo de su parte para mantenerlo en buenas condiciones. Es admirable la forma en que se cuida al visitante, la forma en que buscan ganarse la vida y cómo lo hacen sin desvirtuar lo que la historia les ha legado.

Pero Calatañazor es conocido por más cosas que por su arquitectura o la belleza de sus vistas: se trata de una de esas poblaciones que salen en los libros de historia porque se supone que en sus tierras se produjeron acontecimientos que cambiaron (o pudieron cambiar) la historia.

En este caso se trata de la muerte del caudillo árabe Almanzor, terror de los reinos del norte debido a sus exitosas incursiones, habiendo incluso llegado a destruir la primitiva catedral de Santiago de Compostela.

En los tiempos en que los musulmanes estaban viendo como declinaba su poder en favor de los pujantes estados cristianos su ascenso fue visto como decisivo para cambiar el signo de la guerra. No fue así. A la vuelta de una de sus correrías y en los alrededores de la villa Almanzor habría sido herido y moriría poco después en Medinaceli, lo que supuso un enorme mazazo para la capacidad militar del Califato de Córdoba, que jamás se recuperaría.

Aunque esto, según parece, no es más que un mito y a esa edad Almanzor ya llevaba varios años enfermo y tenía que que ser llevado en litera ante sus dificultades para cabalgar. Su salud habría empeorado por estas tierras y sólo después de su muerte los cristianos hicieron correr la voz de que habrían conseguido por fin derrotarle en las cercanías de Calatañazor.

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Ruta combinada
 
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El Cañón del Río Lobos (Soria y Burgos, Castilla y León)

sábado, 21 de noviembre de 2015

Entrada de Ucero (Cañón del Río Lobos, Soria)
Mirador de La Galiana


Cañón del Río Lobos (Soria, España)
Entrada de Ucero


El Río Lobos (Soria, Castilla y León)
El Río Lobos


La senda del Río Lobos (Soria, España)
Lerma del Río Lobos


Cañón del Río Lobos (Soria, España)
Lerma del Río Lobos


Ermita de San Bartolomé (Cañón del Río Lobos, Soria)
Ermita de San Bartolomé


La Cueva de la capilla (Soria, España)
La Cueva Grande


Castillo de Ucero (Soria, España)
Castillo de Ucero


En el norte de Castilla proliferan lo que los geólogos denominan los karst, formaciones de caliza que han pasado por un proceso de erosión bastante característico en que parte de la roca se ha ido disolviendo por la acción del agua.

Estas formaciones propician multitud de cavernas, cañones, barrancos de paredes verticales y otros accidentes igualmente característicos. Y eso es lo que forma lugares tan maravillosos como el Cañón del Río Lobos, que empieza en la provincia de Burgos pero cuyo tramo más largo discurre por el territorio de la provincia de Soria, una de mis provincias preferidas de España. Es increíble la cantidad de cosas interesantes que hay en Soria y aún así la gente desconoce.

Para visitar el cañón hay tres accesos principales: el de Hontoria del Pinar por Burgos, y después por San Leonardo de Yagüe, desde donde se accede al Puente de los Siete Ojos, y el de Ucero, también llamada de la Galiana, desde donde se accede a la Ermita de San Bartolomé, quizás el monumento más conocido del Cañón.

A lo largo de este camino hay varios miradores, como el Mirador de la Galiana, antes de empezar la bajada hacia Ucero. Desde aquí hay una vista fantástica de la parte final del cañón.

La actividad más popular para los visitantes del Cañón es el senderismo, aunque también se recorren las numerosas sendas que atraviesan la zona en bici o a caballo. Para algunos de estos recorridos puede ser necesario pedir permiso en función de la época del año, el área que atraviesan o si se va a caballo. Conviene informarse en los centros de visitantes del Parque Natural.

En mi caso y por falta de tiempo accedí desde Ucero hasta la Ermita. Si se hace esto se puede aparcar gratis en el Centro de Visitantes, o avanzar un par de kilómetros hasta el aparcamiento que está al final de la carretera tras haber pagado un peaje de cuatro euros en una caseta a medio camino. No tengo ni idea de si este peaje es permanente o va en función de la temporada.

Desde allí se hace un pequeño paseo hasta la Ermita, y puedes hacerlo bien por una pista ancha de tierra o por senderos al lado del río, que me parece un paseo mucho más bonito.

Tras tres kilómetros más o menos se llega al templo, que se supone formó parte de un monasterio mayor del que se dice, no está claro, que fue erigido por la Orden de los Templarios. Es una construcción sencilla pero de gran belleza. Arquitectura hecha para durar.

Este edificio está situado en una pequeña elevación plana conocida como el Balconcillo del Río Lobos, desde donde se tiene una vista magnífica de la llanura fluvial, accidente geográfico conocido como "lerma", y de las paredes del cañón.

Estas paredes, además de lo bonitas que son, con sus colores ocres y rojos, son un tesoro para las aves de la zona, sobre todo para los buitres que han construido sus buitreras en las cavidades que la erosión ha ido abriendo en la roca. Un lujo para la vista.

Y hablando de estas cavidades, al lado mismo de la Ermita de San Bartolomé se abre la llamada Cueva Grande, que se puede visitar y es muy visitada por los turistas. Para estar a solas en ella tuve que esperar un buen rato, ya que había mucha gente yendo y viniendo.

La mayoría de los senderistas continuarán ruta desde aquí hasta el Puente de los Siete Ojos, trayecto que espero poder hacer algún día, porque lo poco que he visto del Cañón merecía mucho la pena.

Pero si no tenéis tiempo para ello, podéis hacer una rápida visita al Castillo de Ucero para desquitaros. Este castillo fue construido para guardar el paso del cañón, aunque por lo visto no intervino en episodios militares de importancia y acabó teniendo otros usos como retiro de los obispos del Burgo de Osma o prisión eclesiástica. Actualmente pertenece al Estado y me pareció que estaban haciendo algunas obras en él, supongo que para mantenerlo o restaurarlo parcialmente.

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Comarca de Arlanza (y V): Santo Domingo de Silos

lunes, 26 de octubre de 2015

Puerta Sur (Santo Domingo de Silos, Burgos)
Puerta de la Muralla


Lavadero en Santo Domingo de Silos (Burgos, España)
Lavadero


Iglesia de San Pedro (Santo Domingo de Silos, Burgos)
Iglesia de San Pedro


Plaza Mayor (Santo Domingo de Silos, Burgos)
Plaza Mayor


En España hay una serie de pueblos muy poco poblados pero que sin embargo tienen mucha fama y mucho atractivo. Todos habremos oído hablar de Santo Domingo de Silos, una pequeña y hermosa localidad de la provincia de Soria que tiene tan sólo 300 habitantes pero cuyo Monasterio benedictino ha gozado de una enorme fama desde casi el momento de su construcción.

Esta fue promovida por un fraile monje llamado Domingo destinado aquí por el rey Fernando I, con el objetivo de dinamizarlo. Domingo, que tenía ya reputación de santo en vida, acabaría dando nombre al monasterio que estaba construyendo. El monasterio actual es el resultado de profundas reformas realizadas a partir del siglo XVII.

Pero Silos es más que su monasterio con su claustro o sus monjes cantores, principales reclamos de la villa y que prácticamente eclipsan todo lo demás. Silos también es su comarca, que hemos estado viendo en los últimos artículos y es uno de los vértices del conocido como Triángulo de Arlanza.

Silos es también la arquitectura tradicional de sus casas, exquisitamente conservada, y que invita a perderse por sus callejuelas, o bajar hasta el río desde la plaza mayor, pasando por delante de la iglesia de San Pedro y su museo y un viejo lavadero con vigas de madera. El pueblo es consecuencia del monasterio, ya que Alfonso VI dio al abad de Silos el fuero que le permitía fundarlo. Sus habitantes pasaron a estar bajo el vasallaje del abad. Esto fue así hasta mediados del siglo XV, en que la propiedad de la villa pasó a manos de la Casa de Velasco, entonces Condestables de Castilla.

Como tantas otras ciudades fundadas en una etapa temprana de la Reconquista, Santo Domingo de Silos tuvo murallas, hoy desaparecidas, y de las cuales se conserva la puerta situada al lado del río, la de San Juan, donde podemos coger la ruta que nos lleva al Desfiladero de la Yecla y la de Calderera, que no he visto. También es vestigio de la muralla el cierre del huerto monacal, que sorprende por su tamaño al lado de la carretera.

Si visitáis Santo Domingo hay que tener en cuenta que no se puede aparcar en el casco urbano. Yo lo hice en un aparcamiento disuasorio, gratuito, en la parte oeste de la villa y que realmente está muy cerca del monasterio y del centro de la villa.

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Comarca de Arlanza (IV): El desfiladero de la Yecla

viernes, 28 de agosto de 2015

Túnel de la Yecla (Santo Domingo de Silos, Burgos)
Túnel de la Yecla


Túnel de la Yecla (Santo Domingo de Silos, España)
Túnel de la Yecla


Desfiladero de la Yecla (Santo Domingo de Silos, Burgos)
Desfiladero de la Yecla


Desfiladero de la Yecla (Santo Domingo de Silos, Burgos)
Desfiladero de la Yecla


Desfiladero de la Yecla (Santo Domingo de Silos, Burgos)
Desfiladero de la Yecla


Mucha gente acude a Santo Domingo de Silos atraído por la fama de su monasterio y con intención de escuchar los cantos de sus monjes.

Pero en este municipio de Burgos hay más cosas para ver y hacer, como darse un paseo por la Sierra de la Demanda y los Sabinares del Arlanza, los mejor conservados de Europa, tal vez con la intención de ver a algunos de los buitres que anidan en sus peñascos.

Y es aquí, entre estas rocas, donde se encuentra una de las joyas naturales de la provincia: el Desfiladero de la Yecla, situado a unos 3 kms de la capital municipal desplazándonos por la carretera que une Silos con Aranda de Duero.

En realidad no es nada difícil de encontrar, aunque me preocupaba un poco porque no conseguía encontrarlo fácilmente cuando buscaba en Google Maps: basta coger la carretera hasta llegar a un doble túnel en la carretera. Se trata de aparcar a la entrada del mismo y hay accesos muy bien señalizados y sencillos para bajar hasta el Desfiladero.

El Desfiladero en sí es bastante corto: un tramo de unos 600 metros que se recorre a través de una pasarela (en las fotos se ve claramente) y que te permite hacerlo con toda comodidad, para espanto de barranquistas y amantes de la naturaleza.

El paso es tan angosto que la luz del sol en muchos puntos no llega nunca al fondo, por donde transcurre un arroyo conocido como "El Cauce". Según he leído por ahí, en algunos tramos el ancho no llega a los dos metros, y diría que por bastantes centímetros si me fío de mi memoria.

El Cauce ha ido trabajando su camino a través de la caliza con paciencia a lo largo de una verdadera eternidad y es el arquitecto de esta pequeña maravilla.

Es un buen paseo para un día de calor, y si lo que os gusta es pasear hay rutas de senderismo que pasan por este tramo, siendo la más conocida la que parte desde Santo Domingo, aunque yo no la hice por falta de tiempo. Si vuelvo, desde luego que la hago.

El Desfiladero es visitable durante todo el año, si bien en invierno hay que tener en cuenta que estar zona va a estar congelada, por lo que podría requerirse el uso de crampones (o dejarlo para otro día y no arriesgarse a romperse la cabeza tontamente).

Para volver al coche se puede volver por el doble túnel, que aunque no está iluminado sí que dispone de aceras para los peatones y en el espacio entre ambos hay un pequeño mirador sobre el Desfiladero, aunque tampoco tiene nada de particular.

Sobre los buitres, al menos en la salida sur del túnel hay buitreras en lo alto del impresionante peñasco. Me sorprendería mucho que no hubiese también en la cara norte, pero no me he fijado.

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Comarca de Arlanza (III): Covarrubias (Burgos, Castilla y León)

lunes, 24 de agosto de 2015

Torre de Fernán González (Covarrubias, Burgos)
Torre de Fernán González


Colegiata de San Cosme y San Damián (Covarrubias, Burgos)
Colegiata de Covarrubias


Puerta Real de Covarrubias (Burgos, España)
Puerta Real


Paseo fluvial de Covarrubias (Burgos, España)
Paseo fluvial


Puente de Covarrubias (Burgos, España)
Puente sobre el Arlanza


Rollo jurisdiccional de Covarrubias (Burgos, España)
Rollo jurisdiccional



El segundo vértice del llamado Triángulo de Arlanza es el pueblo de Covarrubias considerado, al igual que el Monasterio de San Pedro de Arlanza, como la "Cuna de Castilla" debido a los privilegios que le fueron concedidos por Fernán González, primer conde independiente, y su hijo García Fernández, auténtico mecenas de la villa, quien creó el Infantazgo de Covarrubias y se convirtió en capital de uno de los señoríos monásticos de más poder en el naciente estado.

De hecho, tanto era el poder que recibió que en la práctica era un estado independiente, ya que la autoridad de la infanta (o infante) era tal que ni siquiera el rey tenía más poder dentro de su territorio.

Este infantazgo consistía realmente en una propiedad ligada a la corona castellana que era cedida a una infanta o hija de los condes que no hubiese contraído matrimonio. De esta forma, la futura señora de Covarrubias tomaba los hábitos y se convertía en abadesa.

Esta situación de privilegio se refleja en la trama urbana, que ha mantenido hasta nuestros días algunos elementos como la colegiata, algunos restos de las murallas (mandadas demoler por razones médicas en el siglo XVI) o la Torre de Fernán González, única fortaleza castellana anterior al siglo XI que ha sobrevivido en el tiempo.

En el casco histórico de la villa hay un número extraordinariamente alto de edificios en los que se conserva la arquitectura tradicional castellana en todo su esplendor, con paredes de adobe articuladas sobre vigas de madera, lo que recuerda un poco a la arquitectura normanda y germánica. Es un auténtico placer caminar por sus calles y ver sus plazas, casas y casonas, como la Casa de Doña Sancha, llamada así por la esposa de Fernán González, pero varios siglos posterior, ya que es del siglo XV.

Los monumentos más representativos de la villa son la Torre de Fernán González, situada al lado del río y a un paso de lo que fueron las murallas, al lado de una amplia plaza y todavía formando parte del recinto cerrado de lo que fue un día el Palacio del Abad. Hoy en día es de propiedad privada. Dice la leyenda que en esta torre Doña Urraca, hija de Fernán González, fue emparedada por tener una relación con un pastor, razón por la cual también se la conoce como La Emparedada.

La Colegiata de San Cosme y San Damián, a un paso de la Torre, es el principal recinto religioso de Covarrubias. La Colegiata recibió reliquias, tumbas y otros elementos provinientes de San Pedro de Arlanza cuando este monasterio fue desamortizado. Además posee elementos propios que la convierten en visita imprescindible como su claustro, altares barrocos o el órgano más antiguo de Castilla todavía en funcionamiento, del siglo XVII

La Iglesia Parroquial de Santo Tomás está construida sobre un edificio anterior. Lo que hoy es visitable es ya del siglo XVI. El órgano, todavía en funcionamiento, es del siglo XVIII. También hay elementos dignos de ver como su escalera plateresca, algunos retablos barrocos que sustituyeron a los originales o la pila bautismal.

Una de las puertas de la villa es la Puerta Real, donde estaba el Archivo del Adelantamiento de Castilla, hoy oficina de turismo, aunque también sirvió de casa consistorial. Cuando perdió su función sus fondos fueron transferidos al de Simancas, durante el siglo XVIII.

El Rollo Jurisdiccional, símbolo del poder real y de la protección de la corona sobre Covarrubias, no se encuentra dentro de las murallas, como cabría esperar. Para visitarlo hay que salir de la villa cruzando el Arlanza sobre el Puente y caminar unos 200 metros en dirección a Santo Domingo de Silos. No llama mucho la atención, situado en medio de un descampado, y no entiendo que no se le cuide un poco más.

Otra de las atracciones que tiene Covarrubias es el llamado "Pretexto". Es un evento cultural que se celebra en otoño y donde se dan cita importantes personalidades vinculadas con lengua castellana para reflexionar acerca de ella y de su futuro. También hay una feria medieval y una fiesta de la cereza a mediados de julio.

Sobre los habitantes de Covarrubias hay dos curiosidades: la cantidad de abades, obispos y arzobispos que nacieron entre sus piedras y la belleza de sus mujeres, que dan a los de allí el mote de racheles. No deja de parecerme curiosa que las dos circunstancias se den en el mismo sitio. Lo de racheles es porque el hombre hebreo "rachel" significa "bella".

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Comarca de Arlanza (II): el Monasterio de San Pedro de Arlanza

domingo, 16 de agosto de 2015

Monasterio de San Pedro de Arlanza
San Pedro de Arlanza


Monasterio de San Pedro de Arlanza
Salida hacia Hortigüela


Monasterio de San Pedro de Arlanza
Entrada trasera


Monasterio de San Pedro de Arlanza
Carretera de Hortigüela


Monasterio de San Pedro de Arlanza
San Pedro y el Río Arlanza


Cuando la gente se pone en plan digno a reclamar la expropiación de todas las posesiones de la Iglesia pensando que eso va a resolver la crisis me doy cuenta inmediatamente de que no tienen ni idea de historia. Algo así ya se hizo en el pasado, no sólo en España, y el resultado, económica y socialmente y desde el punto de la conservación del patrimonio ha sido desastroso. Aún hoy seguimos sufriendo las consecuencias de la forma en la que se hizo todo, con el Estado y otras administraciones adquiriendo edificios singulares que están en un riesgo claro de desaparición.

San Pedro de Arlanza, por ejemplo, fue una de las víctimas de este proceso. Se trata de un monasterio cuyo origen hay que buscarlo en el siglo X cuando Fernán González, el primer conde independiente de Castilla, fundó un pequeño eremitorio. Desde entonces y hasta la funesta Desamortización de Mendizábal la llamada Cuna de Castilla estuvo en funcionamiento.

Para el siglo XI ya se habían iniciado las obras de la actual iglesia, en su ubicación definitiva.

Aunque originalmente los restos de Fernán González descansaban (se supone) en la ermita de Santa María de Lara, con el tiempo se transladaron aquí y al cerrar el monasterio se movieron hasta Covarrubias para que no se perdiesen.

El templo fue saqueado legalmente ya que varios elementos del mismo fueron transladados a otros lugares, como las citadas tumbas, frescos que acabaron en el Museo Metropolitano de Nueva York y en el Nacional de Arte de Cataluña y la portada de la iglesia que está en el Arqueológico Nacional.

Aparte de eso, lo que le hayan canibalizado los lugareños y lo que hayan robado los saqueadores o quienes adquiriesen el inmueble en la Desamortización.

En lo alto de uno de los montes cercanos que rodean al templo se encuentra la ermita de San Pelayo, tal vez origen del recinto monástico (hay una leyenda que cuenta que Fernán González entró en él durante una cacería y encontró a tres ermitaños en su interior, que serían los primeros ocupantes del nuevo monasterio). Este templo también se encuentra en un estado lamentable.

Para llegar al Monasterio se debe utilizar la carretera que une las poblaciones de Hortigüela, a cuyo municipio pertenece, y Covarrubias, siguiendo la orilla del Arlanza.

Como véis en las fotos el paisaje no se parece en nada al que habíamos visto en Lerma. La llanura seca que se extendía a los pies de la Villa Ducal ha sido sustituida por un monte ondulado de pino y rebollo (creo que era rebollo) y empiezan a verse los primeros desfiladeros karsticos de la Sierra de la Demanda, aunque todavía lejos de la espectacularidad del Cañón del Río Lobos, tal vez el más conocido de la provincia, y al lado del río una zona llana que fue en tiempos cultivada por los monjes y que hoy aparece recuperada por la vegetación del río.

Hay una leyenda que liga el destino de Castilla al del monasterio, y se supone que el esplendor del mismo implica el del antiguo Reino. Como vemos, no les va demasiado bien.

Horario de Visitas
– Abril a Septiembre: 9,30 a 14,00 y 16,00 a 19,00
– Octubre a Marzo: 9,00 a 17,00. Cerrado lunes, martes y último fin semana de cada mes

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Comarca de Arlanza (I): Lerma (Burgos, Castilla y León)

martes, 14 de julio de 2015

Puerta de la Cárcel (Lerma, Burgos)
Puerta de la Cárcel


Puerta de la Cárcel desde dentro (Lerma, Burgos)
Puerta de la Cárcel


Calles de Lerma (Burgos, Castilla y León)
Calle Mayor


Ex-colegiata de San Pedro (Lerma, Burgos)
Ex-colegiata de San Pedro


Mirador de los Arcos (Lerma, Burgos)
Mirador de los Arcos


Vega del Arlanza (Lerma, Burgos)
Vega del Arlanza


Bajada del Mirador (Lerma, Burgos)
Bajada del Mirador


Convento de Santa Teresa (Lerma, Burgos)
Convento de Santa Teresa


El Palacio Ducal de Lerma (Burgos, Castilla y León)
Palacio Ducal (Parador)


Convento de Santo Domingo de Lerma (Burgos, España)
Convento de Santo Domingo


Una de las sorpresas de mi último viaje fue la comarca de Arlanza, en Burgos. No me esperaba para nada una comarca tan bonita y con tanta variedad en sus paisajes, arquitectura y lugares y aunque requeriría más tiempo y espacio sólo voy a poder enseñaros tres lugares.

Hoy empezamos con Lerma, la villa que debe buena parte de su forma actual a su famoso Duque y uno de los vértides del conocido como Triángulo de Arlanza, junto con Covarrubias y Santo Domingo de Silos.

Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, I Duque de Lerma, fue un personaje de enorme influencia y poder durante el reinado de Felipe III y procedía de una familia de gran importancia dentro del Reino de Castilla.

Aunque Lerma le debe mucho, lo cierto es que España no le debe tanto: especulador, corrupto y experto en el tráfico de influencias trabajó exclusivamente en su propio beneficio, lo que influyó en el inicio de la decadencia del Imperio.

Como ejemplo de ello está el fugaz translado de la capital a Valladolid, que significó para el un impresionante pelotazo inmobiliario: primero comprando propiedades en esa ciudad, luego transladando la corte e invirtiendo parte de los beneficios en comprar propiedades devaluadas en Madrid para finalmente reponer la capitalidad a esta ciudad, con la consiguiente revalorización.

Parte de los fabulosos beneficios que le rindieron sus correrías los empleó en Lerma, intentando crear una especie de corte propia para quien era rey en lugar del Rey.

Y la verdad, al menos desde el punto de vista de la arquitectura, el patrimonio y los habitantes del lugar, fue dinero bien invertido que aún hoy da réditos a los habitantes de la villa, ya que supone el principal reclamo y una de las principales fuentes de ingresos de Lerma, uno de los municipios más visitados.

Hay varias puertas de entrada al conjunto histórico, pero lo ideal es hacerlo desde la carretera nacional y entrar por la conocida como Puerta de la Cárcel, que tiene ese nombre porque el edificio bajo el que hay que pasar, a través de un arco, tuvo esa ocupación en el pasado. Hoy es la sede de la Denominación de Origen Arlanza, que se ocupa de defender y promocionar los vinos de la zona. Cruzando la carretera se encuentra uno de los varios conventos de la villa, el Convento de la Madre de Dios, mandado construir por el Duque de Lerma para su consuegra.

Por si os pasa como a mi y pretendéis aparcar con idea de hacer un circuito y volver a salir por la misma entrada, os aviso de que es de sentido único (pero tampoco es tan mala idea).

Subiendo por la calle principal se llega hasta la Plaza Mayor, de buen tamaño y con más superficie que la de Salamanca. La gente la usa como aparcamiento y está rodeada de edificios con soportales, cuyas vigas son de madera. Presidiendo la plaza se encuentra el Parador de Turismo, ubicado en lo que fue el Palacio Ducal de Lerma.

Hay una pequeña rareza con este palacio. Normalmente los palacios ducales tienen dos torres, pero este tiene cuatro. Al parecer el amigo Francisco pidió permiso al rey para añadir dos torres más al edificio, pero lo hizo de tal forma que el rey pensó que el edificio resultante tendría el número habitual de torres. No creo que le importase mucho, porque visitó Lerma en varias ocasiones.

Anexa a esta plaza está la Plaza de Santa Clara, donde hay varias cosas interesantes para ver como la ex-Colegiata de San Pedro, y que dependía directamente del Papa por expreso deseo del Duque, la tumba del Cura Merino, antiguo sacerdote nacido en el municipio y que se metió a guerrillero, con mucho éxito a pesar de no tener formación militar, durante la Guerra de la Independencia, el Mirador de los Arcos, con unas buenas vistas sobre la vega del Arlanza y pudiéndose ver un molino a los pies de la villa. La plaza se completa con el antiguo Convento de Santa Teresa, hoy dedicado a ser la sede del ayuntamiento y de la oficina de turismo municipal.

Al fondo, pegado al Parador está el Convento de San Blas. Duele ver cómo se destruyó un arco del mismo, parte de un voladizo de tres y que le conectaba al Palacio Ducal. Se trata de un convento de clausura que sigue activo a día de hoy y que fue, por supuesto, mandado construir por el Duque de Lerma. Al ser un convento de clausura tan sólo puede visitarse su iglesia.

El otro convento activo que queda es el Convento de Santa Clara, también conocido como Monasterio de la Ascensión de Nuestro Señor. Este no lo he visitado, así que no puedo deciros dónde o cómo está. Es un convento de monjas clarisas, así que también se le conoce con este nombre.

En Lerma había un último monasterio, el de Santo Domingo, pero hace siglos que ha sido desconsagrado. Tras haber sido cuartel, almacén e instituto de enseñanza secundaria hoy es un espacio multiusos de titularidad municipal.

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