Montblanc, Tarragona (Cataluña)

domingo, 14 de febrero de 2016

Montblanc (Tarragona, Cataluña)
Plaça Major de Montblanc


Montblanc (Tarragona, Cataluña)
Montblanc, Tarragona


Montblanc (Tarragona, Cataluña)
Montblanc, Tarragona


Montblanc (Tarragona, Cataluña)
Montblanc, Tarragona


Montblanc (Tarragona, Cataluña)
Montblanc, Tarragona


Montblanc (Tarragona, Cataluña)
Montblanc, Tarragona


La villa ducal de Montblanc se encuentra en la comarca de la Conca de Barberà, de la que es capital. Se trata de una villa con mucha historia, que hunde sus raíces hasta la prehistoria, teniendo dentro de su término municipal un buen número de cuevas donde se conservan pinturas rupestres de diferentes épocas. Tal es la importancia que tienen que pesó fuertemente a la hora de ser elegida la localidad como "Patrimonio de la Humanidad". En el Pla de Santa Bárbara también se conservan restos de lo que fue un poblado íbero y se han encontrado rastros romanos.

Durante la reconquista y tras haber sido conquistada por los condados cristianos el conde Ramon Berenguer IV les concedió una exención de impuestos a la primitiva población de Duesaigües, a la que renombraron como Villasalva (salvada de pagar impuestos). Años después la población sería trasladada a su ubicación actual.

La nueva población pronto tuvo castillo e iglesia, y con el tiempo recibió nuevos favores como un ayuntamiento y una veguería, una forma de organización territorial propia de Cataluña, además de las Escribanías Reales y el Estudio Mayor, lo que contribuyó a aumentar la importancia de la villa, que incluso llegó a albergar cortes en cinco ocasiones.

De esta época es también la muralla, que está en un magnífico estado de conservación y encierra un casco antiguo que merece mucho la pena. Por sus calles podemos visitar iglesias, conventos, hospitales, palacios, casonas, las plazas, la judería...

Y más o menos por esta época empezó Montblanc a perder el paso: malas cosechas, epidemias y guerras acabaron con su prosperidad, quedando buena parte de las casas, puentes y las murallas bastante degradados. La Guerra de los Segadores se cebó con el pueblo y durante la retirada de las tropas castellanas de Palavicino fue saqueada y se destruyó el archivo. Iglesias, casas y murallas sufrieron importantísimos daños. A esto se le conoce como La Gran Quemada.

Pero las desgracias no terminaron ahí: la Guerra de Sucesión significó el final de los privilegios que tenía y durante la Guerra de la Independencia y las Guerras Carlistas también sufrió mucho. Incluso la mejora de las condiciones de vida y la remontada de mediados del siglo XIX fueron cortados por una plaga de filoxera que acabó con sus viñedos. Sólo un siglo después, a mediados del XX, la población remontó definitivamente.

Hoy en día, como dije, el estado de conservación es francamente bueno y no entiendo cómo puede ser que no sea más conocida. No está mal comunicada, tiene uno de los conjuntos amurallados más interesantes de la Comunidad y todo el patrimonio histórico y arquitectónico que posee son de primer nivel. Para verla con calma y pasar el día en ella.

En lugar de recomendaros visitar tal o cual cosa es mejor recomendaros entrar en la oficina de turismo, coger un folleto y luego caminar libremente por la villa dejando que os sorprenda. Es algo que me hubiera gustado hacer, pero empezó a caer el gran aguacero y decidí que era mejor continuar mi camino. Tenía pocos días y muchos sitios todavía por descubrir.

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