Peratallada (Girona, Cataluña)

sábado, 18 de junio de 2016

Peratallada, Girona
Puerta de la muralla


Peratallada, Girona
Peratallada, Girona


Peratallada, Girona
Calle con raíl para carros


Peratallada, Girona
Peratallada, Girona


Peratallada, Girona
Peratallada, Girona


Peratallada, Girona
Peratallada, Girona


Girona es una de las provincias españolas que más interesantes me han parecido y sólo la lejanía entre mi Pontevedra natal y el extremo noreste peninsular me ha impedido conocerlas antes.

Cuando pensamos en Girona posiblemente lo primero que nos vengan a la cabeza sean la Costa Brava y los Pirineos, pero lo cierto es que la provincia ofrece mucho más que eso.

Por ejemplo, cuando pensamos en pueblos pintorescos normalmente lo primero que nos viene a la imaginación sean algunos pueblos castellanos con su arquitectura tradicional y su castillo, pero lo cierto es que por toda la península hay verdaderas maravillas que han llegado hasta nuestros días y estando algunas en un estado de conservación maravilloso. Pues en Girona están algunos de los más bonitos que he visto. Y lo más curioso, es que los tres que más me han gustado son vecinos entre sí.

El primero de estos pueblos, Pals, está relativamente cerca de la costa y es fácil de encontrar. Lo hemos visto en nuestra ruta anterior. Peratallada, en el municipio de Forallac, es el siguiente, un poco más al interior.

Como pasa en muchos pueblos pintorescos de Cataluña las plazas de aparcamiento para los visitantes son de pago, y en este caso no tuve tiempo ni ganas de ponerme a investigar. A pesar de ello y ya que mi visita fue breve, no me cobraron. Las tarifas tampoco las recuerdo como excesivas, pero en cualquier caso si ayudan a la conservación de esta joya bien pagadas están. Hay dos aparcamientos en extremos opuestos del pueblo.

Peratallada es uno de esos pueblecitos cuya historia parece haber quedado atada al medievo y conserva ese sabor plenamente, siendo hoy en día su principal atractivo e industria. Pasear por Peratallada es un pequeño lujo que no disfruté lo suficiente y que consiste en callejear con calma mientras rincón a rincón, esquina a esquina, arco a arco tu retina se va deleitando con una pequeña y casi interminable colección de imágenes únicas. Llegaba un momento en que no sabía si parar de fotografiar o seguir disparando. Decidí lo segundo, y en algún caso eso salvó a algun detalle de ser recordado por una foto mediocre.

Peratallada me recordó a algunos de los pueblos que había visitado el año anterior en Mallorca, con esas paredes de caliza y esas calles empedradas, con esos elementos vegetales incorporados a las fachadas. Resulta increíble que lugares como Lloret de Mar, perfecta antítesis de lo que es Peratallada, estén en la misma provincia.

Del castillo que fue Peratallada no queda gran cosa. Apenas restos de una torre y algunas de las puertas de la ciudad, y sobre todo, de lo que fue su foso, excavado en la misma roca y que posiblemente sea el origen de su nombre: "piedra tallada". Algunos de los inmuebles del interior de la población, sobre todo aquellas más pegadas a la torre, parece que formaron parte de sus dependencias.

No hay mucho que decir acerca de su historia y parece que salvo una ocasión en la que la señora del castillo tuvo sus más y sus menos con los campesinos de la zona, que casi quemaron el edificio, no tuvo demasiada relevancia en los diferentes episodios bélicos que asolaron la región a lo largo de la historia.

Prueba de ello es que el castillo perteneció a la misma familia, los Cruïlles, desde el matrimonio de uno de ellos con la heredera de la dinastía fundadora hasta que lo subastaron a principios del siglo XX. Creo que ahora mismo sigue estando en manos privadas, en otra familia noble.

La puerta que está al lado de la carretera principal es quizás la más bonita, con un pequeño puente que salva el foso. La foto que acompaña al artículo es una recreación vía edición fotográfica, de lo que debió ser el castillo en tiempos: borré los elementos modernos que encontré, como una pared de chapa, varias antenas, carteles, señales o el mismo asfalto. Así que no contéis con encontrar el lugar tal cual aparece.

Al otro lado de la carretera se encuentra la Iglesia de Sant Esteve, un imponente edificio románico, solitario, que contrasta con la abigarrada colección de casas pintorescas que es la Peratallada intramuros. Según parece esta iglesia habría sido construida durante el siglo XII, momento en el que aparecen los primeros testimonios de su existencia, y en ella están enterrados numerosos Señores de la localidad, sobre todo de la familia Cruïlles.

Para mi es uno de los pueblos más bonitos de la península y es pecado pasar por la provincia de Girona y no acercarse a conocerlo. Merece mucho la pena, igual que otros pueblos cercanos del Baix Empordà como Palau Sator o Ullastret.

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