Lanzarote (III): La Graciosa

miércoles, 29 de marzo de 2017

Mirador de El Río (Lanzarote, España)
La Graciosa en el mirador de El Río


Órzola (Lanzarote, España)
Puerto de Órzola


Punta Fariones (Lanzarote, España)
Punta Fariones


La Caleta del Sebo y El Río (La Graciosa, Islas Canarias)
Puerto de La Caleta del Sebo


La Caleta del Sebo y El Río (La Graciosa, Islas Canarias)
Famara desde La Caleta del Sebo


Playa de las Conchas (La Graciosa, Islas Canarias)
Playa de las Conchas


Playa de las Conchas (La Graciosa, Islas Canarias)
Playa de las Conchas


Playa de las Conchas (La Graciosa, Islas Canarias)
Playa de las Conchas


Montaña Blanca desde Montaña Roja
Montaña Blanca desde Montaña Roja


Montaña Roja (La Graciosa, Islas Canarias)
Montaña Roja


Interior de La Graciosa (Teguise, Islas Canarias)
Interior de La Graciosa


Aunque salimos geográficamente de Lanzarote voy a meter este post dentro de la lista de artículos que estoy dedicando a esta isla canaria. La razón es básicamente que La Graciosa pertenece a Teguise, uno de los municipios del norte de Lanzarote y que para el 99% de los visitantes de la isla su punto de entrada en la misma va a ser por Órzola y enlaza bien con la ruta anterior, que terminaba aquí mismo.

Cuando en España nos enseñan geografía en el colegio siempre nos dicen que las Islas Canarias es un archipiélago español situado a unos 200 kilómetros del continente africano, al que se adscribe, y que está formado por una serie de islas, islotes y peñones de los cuales siete están habitados.

Bueno, pues esto no es del todo cierto. La Graciosa es la octava isla habitada de Canarias y cuenta con tan sólo dos núcleos de población. La capital de la isla sería el primero de estos núcleos y se conoce como La Caleta del Sebo. Es donde está el puerto de la isla y a donde van a llegar la inmensa mayoría de los visitantes. El otro es Casas de Pedro Barba, pero no es un núcleo permanente. Es más bien una urbanización vacacional que la mayor parte del tiempo está desierta (o eso dicen, no tuve tiempo de ir hasta ella).

Tal como decía en el post anterior, la forma de llegar hasta La Graciosa es cogiendo un barco por 20€ desde Órzola. Este era el precio para no residentes en 2016, pero podéis consultarlo en las webs de las diferentes navieras antes de viajar.

De nuevo, si vuestra idea es coger el primer barco disponible lo mejor es aparcar fuera de los párkings de las navieras y luego comparar horarios. Si aparcáis en uno de los párkings vais a tener que coger el primer viaje disponible de esa naviera. El aparcamiento va incluido en el billete pero si, como yo, estáis escasos de tiempo no mola nada.

El viaje en barco lleva sobre media hora (si no recuerdo mal) y es bastante interesante, no sólo por las vistas de La Graciosa si no por las vistas del Risco de Famara y de Punta Fariones.

Una cosa que no dije en el post anterior es que estos Fariones son los "auténticos". Lo digo porque en Puerto del Carmen hay una zona a la que también llaman así y es por el nombre que pusieron una promoción turística, tipo hotel y apartamentos, y puede ser que os lieis alguna vez entre uno y otro sitio.

Una vez que llegáis a la isla podéis contratar algún tipo de transporte o empezar a caminar. Las opciones son contratar un viaje en todoterreno (un puñado de gracioseros viven de esto), tanto para ir a un punto concreto como para hacer un tour por la isla. Los precios son muy altos pero, afortunadamente, se puede compartir viaje con otros visitantes y eso rebaja bastante el precio.

Otra opción es la de alquilar una bicicleta para desplazarse libremente pero os aviso que hay bancos de arena y que donde no los hay las pistas de tierra son muy irregulares. Abstenerse culos delicados y piernas poco acostumbradas a pedalear.

En cualquier caso, recordad llevar agua. En la isla, fuera de la Caleta del Sebo, no hay ni kioskos, ni fuentes, ni nada de nada. La Graciosa es una isla totalmente desértica, sin sombra, y hay que tenerlo en cuenta. Y nada de llevar zapatos o tacones como vi a una despistada que pasaba por allí.

En mi caso y debido a una serie de imprevistos el día que iba a dedicar a la isla se quedó en unas pocas horas y gracias y tuve que optar por el todoterreno, compartido con otros turistas. Tened en cuenta que el último barco es ridículamente temprano, así que nada de quedarse allí hasta el anochecer. De todas formas, si lo hacéis en la isla hay bastantes alojamientos y a un precio bastante razonable, del orden de los 20 euros la noche. No creo que sea muy lujoso pero debe ser más que aceptable.

A pesar de ser tan pequeña la isla, de algo menos de 30 km2, tiene bastante para ver. Hay varios conos volcánicos visitables y varias montañas a las que podéis subir para admirar las vistas de la isla y de Lanzarote, al otro lado del Río, con el omnipresente Risco presidiendo la escena. O podéis girar la cabeza al otro lado y ver los islotes y peñones del Archipiélago Chinijo, del que La Graciosa es el principal elemento.

Desde Montaña Bermeja, al lado de la Playa de las Conchas las vistas del islote de Montaña Clara son espectaculares. La subida hasta la cumbre de este antiguo volcán es sencilla aunque agotadora y existe la posibilidad de acceder desde el extremo norte de la playa, desde donde parte un sendero, o subir desde el párking donde te dejan los todoterrenos. No es el punto más alto de la isla, pero casi, así que os advierto de que el desnivel es bastante pronunciado.

Otra cosa. Hay que tener cuidado con las playas. En Las Conchas la bandera roja es permanente o casi, no importa que el día esté maravillosamente soleado y que el mar parezca un plato. El mar es increíblemente traicionero allí y hay casos de un repentino golpe de mar que se ha llevado a gente en días así. Si pretendéis pasar un día de playa y baño tal vez os convenga más investigar un poco antes de ir a la isla para elegir playa. Una buena elección puede ser la Playa Francesa, aunque ya os digo que no va a estar tan desierta como otras debido a su cercanía con la Caleta del Sebo. Cerca hay otras playas como la de Montaña Amarilla que también parecen bastante resguardadas

Por cierto, debo dar gracias a Martina por hablarme de este sitio el día en que la conocí a ella y a su hoy marido. Desde aquel momento y hasta el día en que hice esas fotos tenía muchas ganas de conocer esta maravillosa isla. Si no fuese por ella tal vez nunca la hubiese visitado.


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